El Gobierno fuerza una prórroga de Almaraz por 10 años o su cierre
Las eléctricas, que discrepan de los plazos, deben acogerse al actual reglamento nuclear
CARMEN MONFORTE Cinco Días
Madrid 17 DIC 2018 - 09:40 CET
Endesa, Iberdrola y Naturgy se enfrentan este miércoles a una junta de administradores ordinaria de Almaraz sin acuerdo alguno sobre el futuro del primer grupo de esta central nuclear, cuyo permiso de prórroga de explotación deben solicitar estas empresas antes del 31 de marzo (el actual termina en junio de 2020). Como ya es sabido, Endesa, que amortiza contablemente este activo a 50 años, quiere pedir la autorización para que funcione otros 10 años, mientras que sus competidoras, que lo hacen a 40 años, prefieren optar por cuatro años, hasta 2023, en que acaba la vida útil de la planta.
El primer problema para Iberdrola y Naturgy es que, según el actual reglamento de instalaciones nucleares, los permisos deben solicitarse por 10 años, al margen del plazo que luego quiera otorgar el Gobierno, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Para sortear este inconveniente, ambas habían pactado solicitar al Ministerio de Transición Ecológica una modificación del citado reglamento para que en las solicitudes de prórroga no sea necesario poner plazo alguno. De esta manera, entienden las dos eléctricas, la planta se cerraría, como es la norma, al finalizar su vida útil, en 2023.
Sin embargo, esta solución queda descartada porque el ministerio no tiene ninguna intención de modificar dicho reglamento, según aseguran a Cinco Días fuentes próximas al mismo. Por tanto, el departamento que dirige Teresa Ribera forzará a solicitar una nueva autorización por 10 años o el cierre definitivo. Ante el temor de que si piden 10 años se les permita 10 años (ya existe el antecendente de Garoña, para la que el CSN se saltó la regla de la vida útil a los 40), las partidarias de los cuatro años lo tienen complicado. Al estar constituidas como agrupaciones de interés económico (AIE), en las centrales nucleares todas las decisiones deben adoptarse por unanimidad y no en función de su participación. En la central cacereña Iberdrola tiene un 53%; Endesa un 36% y Naturgy el 11% restante.
Tras el desacuerdo en los plazos de renovación de los permisos se encuentra la negativa de las eléctricas a realizar las inversiones que el CSN impone a las nucleares. Naturgy e Iberdrola tienen claro que solo quieren asumir las correspondientes a cuatro años, que son menores en media anual que si el permiso es por una década.
Las eléctricas dicen que para que Almaraz sea rentable más allá de 40 años necesita un precio medio de 52,4 euros MWh
Según un documento remitido por los socios al ministerio, si Almaraz se cierra a los 40 años, las inversiones que necesitará serán de 183 millones. Esta cantidad se convierte en 343 millones si se extiende la vida hasta 2037. Proporcionalmente, las inversiones no serían mucho mayores en una vida extendida, salvo, como figura en cálculos de Iberdrola, se incluyen los costes de operación y mantenimiento, que no es una inversión.
Las empresas, especialmente, Naturgy, pretenden lograr un marco retributivo estable a partir del cuarto año. Así, según el cálculo que han hecho llegar al ministerio, Almaraz necesita asegurarse a partir de 2023 un precio medio anual de 52,4 euros MWh para rentabilizar “las inversiones asociadas con la extensión de su vida útil”. Este año, dicho precio sería de 42 euros MWh y en 2023, de 46,4 euros MWh.
Una opción que estudian las grandes eléctricas, que insisten en que mantienen contactos continuos, es el intercambio de activos. Se trata de que dejen de compartir la titularidad de varias plantas y se queden con una sola. Por ejemplo, Vandellós para Endesa, que podría seguir explotándolavarios años, y Almaraz para Iberdrola, que podría cerrarla, tal como desea. ¿Cuál es el inconveniente? Que las que clausure Iberdrola, por ser las primeras, tendrían fondos para su desmantelamiento mientras que las de Endesa se enfrentarían a la incertidumbre sobre las dotaciones de Enresa.
Otra dificultad del intercambio es la valoración económica de las plantas. Se da la paradoja de que, teniendo en cuenta que tanto Iberdrola como Naturgy las quieren cerrar por considerarlo un negocio ruinoso, la primera ha solicitado “el lucro cesante” por los trasvases de activos, según fuentes empresariales.
En algún momento, la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán ha sugerido que se descuenten del cómputo los periodos de recarga (más de un mes al año) en los que las centrales no funcionan, lo que supondría alargarla a 42 años.
CALENDARIO PARA RENOVAR O CERRAR
Endesa, Iberdrola y Naturgy tienen de plazo hasta el 31 de marzo para solicitar al Ministerio para la Transición Ecológica la renovación del permiso de explotación de la nuclear Almaraz I. De optar por esta vía, el plazo que deben solicitar es de 10 años.
Otra cuestión es que después, previo informe del CSN, el ministerio lo acepte o se atenga a la norma de no prorrogarla más allá del fin la vida útil de 40 años, que fija el fabricante, y se cumple en 2023.
Si las empresas no llegan a un acuerdo para solicitar dicha prórroga antes del 31 de marzo, para lo que es necesario unanimidad, no pasará nada, pues su permiso decenal no expira hasta 2020. Sin embargo, el Gobierno les exigirá que soliciten el distimiento un año antes del cese de la actividad de la planta (en junio de ese año). Para ello también será necesario el consenso de los socios.
Si no comunican su decisión negativa, las eléctricas incurrirán en responsabilidad patrimonial a partes iguales. En el caso de la parada unilateral de la central Garoña, Endesa e Iberdrola pagaron una multa de 18 millones de euros.