Juan Uña Gómez -Pedagogo-
Político y abogado. Nació en Maguilla (Badajoz) en 1838 y murió en Madrid en 1909 a los 71 años de edad. Fue un defensor infatigable de la dignidad del profesorado, la libertad de enseñanza, la reforma de los métodos y planes de estudio, la coeducación y el fomento de la investigación científica, todo ello en el seno de una Educación Pública.
Familia
Sus padres fueron Francisco Uña y Josefa Gómez. Tuvieron nueve hijos, pero varios de ellos murieron en sus primeros años de vida. Contrajo matrimonio con Carmen Sarthou y Lera. Tuvieron dos hijas y un hijo.
Formación
Quedó huérfano a los 12 años y le ingresaron en el seminario conciliar San Atón de Badajoz, pero no llegó a ordenarse sacerdote. Al igual que muchos jóvenes de su tiempo tuvo que emigrar a Madrid, en 1857 porque en Extremadura no había ningún centro universitario. En la Universidad de Madrid se licenció en Filosofía y Letras y años más tarde lo haría en Derecho por la Universidad de Salamanca. En la Universidad Central de Madrid fue discípulo del profesor Julián Sanz de Río que influiría bastante en sus pensamientos y en sus ideas krausistas. También estudió en la Escuela Superior Diplomática.
Compañeros universitarios En la universidad coincidió con Francisco Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón, Gumersindo Azcárate, Rafael María de Labra, Segismundo Moret, Alfonso Moreno Espinosa y otros, De todos ellos Nicolás Salmerón, Segismundo Moret y Giner de los Ríos, tuvieron gran relevancia pública y profesional.
Trayectoria profesional
Su vida profesional, como buen krausista transcurrió entre la Pedagogía y el Derecho y su interés y afán de conocimientos estuvieron presentes en él a lo largo de toda su vida.
Oposición
Al acabar sus estudios universitarios obtuvo en la Escuela Diplomática por oposición una plaza de archivero, ocupándose de ordenar todos los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, tarea que le dejó marcado para el futuro, por el interés que puso siempre en la ordenación de los Archivos y Bibliotecas oficiales.
Docencia
Fue durante unos años secretario de la Universidad Central de Madrid a finales de la década de 1860.
Cargos públicos
Durante la Primera República de 1873 a 1874 fue responsable de la Dirección General de Instrucción Pública, dependiendo del Ministro de Fomento. Durante este tiempo Uña dictó una serie de decretos, órdenes y disposiciones que de haberse puesto todas en marcha y haber estado más tiempo en el cargo hubiesen producido un cambio radical para mejor en la Educación Pública. Consiguió aumento de sueldos para los maestros y un programa de construcción de centros escolares especialmente Institutos de bachillerato. Reorganizó los planes de estudios de Filosofía y Letras en cooperación con Giner de los Ríos y De Castro. En 1882 fue nombrado por Sagasta miembro del Consejo de Instrucción Pública y fueron rehabilitados todos los profesores que habían sido represaliados, al derogarse la Republica, se restableció la libertad de cátedra y se abrieron nuevos horizontes. La actividad que desarrolló Uña desde sus cargos fue muy intensa en todos los campos organizativos de la Instrucción Pública para que fuese reconocida su importancia para el desarrollo de los pueblos.
Institución Libre de Enseñanza La dificultad para sacar adelante las reformas que querían imponer Uña y sus colegas, les llevó en 1876 a la creación de la Institución Libre de Enseñanza, cuyo objetivo sería formar a profesores que asumiesen llevar adelante las reformas propuestas en los planes de estudios de los Institutos y Universidades. Uña fue profesor y rector de la ILE en el curso 1882/83.
Política
Fue un fervoroso alentador y activista intelectual de la revolución de 1868. Fue diputado, por Llerena, en la segunda legislatura de las Cortes de la Primera República. Cuando fracasó la República, se retiró de la vida pública.
Abogado
Cuando acabó la Republica se presentó para examinarse en Salamanca de varias asignaturas que le faltaban para acabar la carrera de Derecho, las aprobó y montó un bufete que le dio fama y prestigio. De los pleitos ganados destaca uno que plantearon los agricultores por cuyos terrenos se estaba construyendo el ferrocarril Mérida-Sevilla que al cambiar de concesionario querían abaratar las indemnizaciones a los agricultores de los terrenos que ocupaban las vías. Este pleito le dio mucha fama en Extremadura.
Divulgación
Siendo muy joven y a lo largo de toda su vida estuvo publicando artículos en aquellos periódicos y revistas que apostasen por la Democracia. En 1865 fue fundador y editor de la revista “La Enseñanza” , Revista General de Instrucción Pública y Particular de Archivos y Bibliotecas. Fue crítico, traductor y prologuista de libros.
Academias
- Fue académico numerario de la Real Academia de Jurisprudencia, - Diputado segundo del Colegio de Abogados de Madrid. - Miembro honorario de varias Sociedades Económicas de Amigos del País. - presidente honorario del Centro Extremeño en Madrid.
Fundación Juan Uña En 1997 se creó la Fundación Juan Uña para la Educación y Desarrollo en Extremadura”, es una organización de naturaleza fundacional, constituida sin ánimo de lucro y que considera que la educación es, fundamentalmente, un hecho social que tiene un gran potencial de desarrollo tanto de las personas individuales como de las comunidades humanas donde se desarrollan (familia, localidad, comarca, provincia, Comunidad Autónoma...).
Reconocimientos.
Fuentes. Pedro García Corrales. Doctor en Historia. Dip-badajoz.es
CAROLINA CORONADO ROMERO DE TEJADA
Carolina Coronado Romero de Tejada (Almendralejo, 12 de diciembre de 1820 -Lisboa,15 de enero de 1911) fue una escritora española, autodidacta y con una gran sensibilidad, considerada como la equivalente extremeña de otras autoras románticas coetáneas como Rosalía de Castro y autora de tal notoriedad que la llegarían a comparar con Bécquer, además de una virtuosa del piano y del arpa. Fue tía de Ramón Gómez de la Serna. Publicó en 1843 un tomo de Poesías, reeditado en 1852. Escribió también novelas y obras teatrales con predominio de tema históricos y compromiso social.
Hija de Nicolás y María Antonia, nació en 1820 en el seno de una familia acomodada de Almendralejo (Badajoz) pero de ideología progresista lo que provocó que su padre y su abuelo fueran perseguidos. Fue la tercera de ocho hermanos a quienes dedicó numerosos poemas, especialmente a Emilio. Tras mudarse a Badajoz, capital de la provincia, con cuatro años debido a que su padre comenzó a trabajar de secretario en la Diputación, Carolina fue educada en la forma tradicional para las niñas de la época: costura, labores del hogar, etc. pese a lo cual, ya desde pequeña mostró su interés por la literatura y comienza a leer, robando horas al sueño, cualquier género u obra que puede conseguir. Por ello desarrolló una extraordinaria facilidad para componer versos con un lenguaje algo desaliñado e incluso con errores léxicos y ortográficos, pero espontáneo y muy cargado de sentimiento, motivado por amores imposibles entre los cuales destaca Alberto de quien se duda si realmente llegó a existir. Sus primeros poemas datan de la temprana edad de 10 años.
Llevó una vida revolucionaria ya que, en 1838, en plena guerra civil, Carolina Coronado emprendió con entusiasmo el bordado de una bandera para un batallón creado para defender el trono de Isabel II. Participó también en la campaña contra la esclavitud, llegando a ser, con Concepción Arenal, del cuadro dirigente de la Sociedad Abolicionista de Madrid. En 1868 se fechan los versos A la abolición de la esclavitud en Cuba, poesía que provocó un escándalo político al ser declamada en público el 14 de octubre, poco después de estallar la Revolución del 68, con la que simpatizaban Carolina y su marido.
La afección de catalepsia crónica que padecía posiblemente contribuyó a su temperamento romántico, llegando a "morir" varias veces, lo que hizo que se obsesionase con la idea de poder ser enterrada en vida, hasta tal punto que embalsama el cadáver de su marido, negándose a enterrarlo e incluso dirigiéndose a él con el apelativo de "el silencioso" y "el hombre de arriba". Incluso tiene varias "premoniciones" en las que anticipa el fallecimiento de su hija. En una de estas “falsas muertes”, que fue publicada en 1844, Carolina escribe Dos muertes en una vida, que se publicaría tras su fallecimiento. Ya entonces había sido admitida en el Instituto Español y en casi todos los Liceos de España.
Cuatro años más tarde, en 1848, una enfermedad nerviosa la deja medio paralítica en Cádiz y los médicos le recomiendan tomar aguas cerca de Madrid, por lo que traslada su residencia a la capital. Se casa en Madrid a los veintiocho años, con Justo Horacio Perry, secretario de la embajada de EE. UU. en Madrid. Tuvo un hijo, Carlos, y dos hijas, Carolina y Matilde sobreviviendo esta última a sus dos hermanos.
Era amiga de la reina Isabel II la cual obligó al marqués de Salamanca a que vendiera a Carolina un trozo de su finca y allí se construyó un palacete en lo que hoy es la calle Lagasca. Siendo ella revolucionaria, su residencia madrileña se hizo famosa por las tertulias literarias que en ella se realizaban, ya que sirvió como punto de encuentro para escritores progresistas y refugio de perseguidos, llegando a asistir algunos de los más renombrados autores del momento, como Emilio Castelar. Sin embargo, este refugio clandestino, y su afinidad por la revolución, causarían que sufriese la censura de la época. Pese a ello, logró publicar algunas de sus obras en periódicos y revistas hasta lograr cierta fama.
Al llegar las revoluciones se van a vivir a Lisboa, al palacio de la Mitra, en Pozo do Bispo, población próxima a Lisboa, a pesar de haber perdido Horacio toda su fortuna que tenía invertida en el tendido del cable submarino de comunicaciones que uniría Estados Unidos con Europa.
Falleció en 1911 y como su hija Matilde, que murió poco después, no tuvo descendencia, todas sus pertenencias, escritos, muebles, etc. del palacio pasaron a la familia de Torres Cabrera, hoy conde de Canilleros. Está enterrada en el cementerio de Badajoz.
Carrera literaria.
Las primeras composiciones de Carolina son poesías. La primera de ellas que fue publicada en dos diarios se titula “A la palma”. Desde entonces, consiguió materializar una vocación que se manifestó de forma temprana. El entorno familiar y social no le facilitaron el camino, debido a que su familia era de ideología progresista por lo que eran perseguidos, y a que fue criada bajo los valores de la época, en los que escribir no estaba incluido. Su empeño personal contrasta con la debilitada fortaleza física, que a veces le hace renunciar a su deseo más profundo; dualidad que encaja muy bien con el perfil romántico.
La literatura fue para Carolina un oasis donde refugiarse de su naturaleza enfermiza, contando también con varias depresiones de carácter nervioso a lo largo de su vida, agravadas por las pérdidas de sus hijos. Sin embargo, detrás de esta imagen de mujer débil y delicada se esconde una dilatada existencia con gran fortaleza latente, que le permitió desarrollar una respetable carrera.
Harztenbusch, quien fue un buen consejero y maestro, fue muy receptivo a los trabajos que presentó Carolina. Se tomó muy en serio su trabajo y le hace recomendaciones y correcciones que le sirven de gran ayuda en su trayectoria. Fue su principal sostén y apoyo. Prologó el volumen de poesías escrito por la poeta extremeña y esta le dedicó la obra “La voluntad demostrada de escribir la introducción”.
Aparte de Harztenbusch, otros escritores de la época como Donoso Cortés, Bretón de los Herreros, Martínez de la Rosa recibieron con los brazos abiertos a Carolina Coronado en el mundo de las letras. Le dedicaron poesías y gratos juicios, sin perder de vista el tono condescendiente del que a veces hicieron gala. Como respuesta a esta gran acogida, Carolina pudo participar y fue bien recibida en instituciones como el Liceo Artístico y Literario de Madrid y le invitaron a participar en homenajes de poetas y escritores contemporáneos. Pero, a pesar de ello, también se dejaron oír comentarios peyorativos que tildaban a la escritora de pedante.
Aunque su primera incursión en el mundo literario fue a través de la lírica, Carolina Coronado no dudó en adentrarse en otros géneros que revelan la versatilidad de su espíritu. Algunas de sus obras en prosa se publicaron por entregas en semanarios y periódicos. Su producción literaria fue diversa: novelas, como Jarilla, Paquita, Adoración, Luz; La Sigea, La rueda de la desgracia, Manuscrito de un Conde, El Oratorio de Isabel la Católica y la inacabada Harnina; obras como Los genios gemelos. Primer paralelo: Safo y Santa Teresa de Jesús, Un paseo desde el Tajo al Rhin, Descansando en el Palacio de Cristal, Galería de poetisas contemporáneas, España y Napoleón y Anales del Tajo corresponden a sus ensayos. También se conocen algunos títulos de obras teatrales que se estrenaron como El cuadro de la Esperanza. Narrativa epistolar y otros artículos completan la producción de Carolina Coronado.
Liceo de Madrid
El Liceo Artístico y Literario de Madrid fue fundado por José Fernández de la Vega en 1838. Este círculo artístico surgió con el interés de fomentar las letras y las Bellas Artes. En las Constituciones del Liceo no se negaba la participación de las mujeres, es más podían ser admitidas como facultativas en las diferentes secciones y acudir a las sesiones que organizaba la institución.
Este fue el escenario que acogió los primeros pasos literarios tanto de Carolina Coronado. Carolina Coronado realizó su primer viaje a Madrid en 1848, para entonces ya se había publicado su primer volumen de poesías. La acogida calurosa que le ofrecieron los miembros de este círculo artístico tuvo como consecuencia una improvisada respuesta con un poema titulado “Se va mi sombra, pero yo me quedo. A mis amigos de Madrid”. Sus sentidas y agradecidas palabras quedaron reflejadas en dicha composición que se publicó en La España el 25 de septiembre de 1848.
Cartas a Juan Eugenie Harztenbusch
Esta correspondencia se inició en 1840 y se prolonga hasta 1849. En estas cartas se muestra un testimonio personal que nos permite conocer las dudas e inquietudes de Carolina, que plasma sus sentimientos y emociones personales, y reflexiona sobre otros asuntos que trascienden lo meramente lírico. A pesar de la ayuda y el apoyo que le prestó su maestro, a quien van dirigidas estas cartas, Carolina muestra su desánimo. Debido a su carácter revolucionario, tuvo varios problemas a la hora de publicar sus escritos, pero a partir de la segunda mitad del S XIX, la corriente intelectual femenina fue afianzándose.
En ellas se nos da a conocer el talante de la escritora y también otros aspectos que nos ilustran acerca de la sociedad de la época. En varias ocasiones se queja de su falta de instrucción y de dedicar gran parte de su tiempo a labores propias de su sexo (como inculcaban los valores de la época en la que vivía). Sin embargo, sus ganas de aprender le llevaron a la enseñanza a manos de ella misma, aprendiendo así sola francés e italiano, pudiendo así leer los clásicos de su época.
La formación e instrucción que una joven recibía a mediados del siglo XIX era muy limitada, orientada a lo que se denomina “cultura del adorno”. Sin embargo, gracias a la presión de algunos, se publicaron manuales de instrucción y revistas femeninas. En estas cartas también Carolina aprovechaba para pedirle consejo a su amigo para completar su formación.
A pesar del reconocimiento y del apoyo que le dedica Juan E. Hartzenbusch, la sociedad no estaba preparada para asimilar el deseo de ciertas mujeres de colarse en ámbitos marcadamente masculinos. El espacio femenino estaba reducido a lo doméstico y a lo familiar. Carolina Coronado, a pesar de su vocación y predisposición para las letras, no deja de formar parte de este paradigma.
Obra
La producción más importante de Coronado es la poética. Sus poemas fueron recogiéndose poco a poco en revistas, y más tarde, en 1843, se recopilaron en un volumen (Poesías) con prólogo de Hartzenbusch. En las posteriores ediciones de 1852 y 1872 se incorporaron nuevos poemas. Sin embargo, hasta hace poco no se ha podido conocer la totalidad de su obra. Poemas como "La rosa blanca", "Tú eres el miedo", "Se va mi sombra, pero yo me quedo" y "El amor de los amores", serían recordados como sus mejores obras.
En prosa escribió un total de quince novelas, a destacar Luz, El bonete de San Ramón, La Sigea, Jarrilla, La rueda de la desgracia y Paquita, esta última considerada por algunos críticos como la mejor de todas.
También escribió obras teatrales como El cuadro de la esperanza (1846), Alfonso IV de León, Un alcalde de monterilla y El divino Figueroa, aunque solamente logró estrenar la primera. El cuadro de la esperanza fue su obra más popular.
Influencias recibidas
Carolina Coronado se dedicó desde muy joven no sólo a la composición de sus propios versos, sino a la lectura de importantes autores, en los que ella se apoyó y se inspiró ya que fue autodidacta. Le apasionó la lectura de Tarso, Petrarca y Lamartine y tradujo sus obras italianas al español. Además, tenía entre sus páginas favoritas las de la obra de Santa Teresa, Fray Luis de León, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Menéndez Valdez y otros, y aprendiendo de todos ellos.
Obras
Desde el punto de vista temático, su obra es muy diversa: la contemplación e interpretación subjetiva de la naturaleza, el amor, la religión, el compromiso cívico, social e incluso político, y sobre todo el feminismo, que es uno de los motivos más personales y constantes en su obra. La producción dramática de la autora no es muy amplia. Se conocen algunos títulos (El divino Figueroa, Petrarca, Un Alcalde de Monterilla y Alfonso IV de León), pero ninguna constancia de su edición. Por otras fuentes, no obstante, sabemos que se llevaron a escena, como las páginas dedicadas al rey leonés, cuyo estreno tuvo lugar en Badajoz. Debió trabajar en ella entre 1847 y 1848 y también se llevó a escena en los salones de El Liceo Artístico y Literario de Madrid el 16 de enero de 1849 con la presencia de SS.MM la reina, el Rey y la Reina Madre con motivo de la entrega de premios. Es, asimismo, significativo el compromiso de generosidad que muestra Carolina Coronado hacia los más débiles. No sólo destinó el beneficio de su primer libro a una escuela de párvulos, sino que “Hice también el papel de Elena en el cuadro de la Esperanza (por lo que fui coronada en este Liceo) en beneficio de los párvulos y a estos pienso socorrer nuevamente si alguna retribución hallo en mis tareas”.
Otro de los ensayos que escribió Carolina Coronado es este de Los genios gemelos: Safo y Santa Teresa cuya publicación tuvo lugar en el Semanario Pintoresco Español. Obra controvertida por la elección de las dos figuras: Santa Teresa de Jesús y la poetisa de Lesbos, Safo. Tanto la elección de las dos figuras como las reflexiones que vierte, le sirven a Carolina como contrapunto para proclamar sentimientos más allá de la preocupación literaria.
Alfonso IV de León
El divino Figueroa
La exclaustrada
Un alcalde de monterilla
Luz
El bonete de San Ramón
Poesías (1843)
El cuadro de la Esperanza (1846)
Paquita. La luz del Tajo. Adoración (1850)
Jarilla (1851)
Páginas de un diario. Adoración (1851)
El siglo de las Reinas (1852)
La Sigea (1854)
¡No hay nada más triste que el último adiós! (1859)
España y Napoleón(1861)
La rueda de la Desgracia. Manuscrito de un Conde (1873)
A un poeta del porvenir (1874)
Vanidad de vanidades (1875)
Anales del Tajo. Lisboa. Descripción en prosa (1875)
El cuadro de la esperanza (1846)
El cuadro de la esperanza es una pieza teatral. La comedia, de final feliz, presenta a dos personajes femeninos, Esperanza y Elena que le dan pie a la autora a verter alguna reflexión sobre la condición y el destino femeninos. Esperanza, hermana de Miguel Ángel Buonarotti, conseguirá el amor deseado, después del desafío que lanza su afamado hermano: dos pintores cautivados por la joven deberán retratarla y el que manifieste mayores dotes conseguirá su triunfo. El destino se alía con Esperanza. Elena enamorada en secreto del Buonarotti finalmente consigue su propósito.
Paquita, La luz del Tajo, Adoración (1850)
Paquita y Adoración se publicaron conjuntamente, siendo ambas novelas históricas. Pero mientras Paquita se ambienta en la corte portuguesa renacentista, Adoración tiene un desarrollo temporal más inmediato. En Paquita, Carolina Coronado urde una ficción narrativa entre la dama portuguesa doña Francisca de Ovando, Paquita, y el poeta luso Sá de Miranda, cuya obra conoció Carolina. La triste historia de Paquita la convierte en una mujer sin voluntad y dominada, cuya vida tiene un final trágico. En Adoración, el personaje femenino de la novela, permite a la escritora reflexionar y denunciar la crueldad de las relaciones sociales y el peso de ciertas modas y convencionalismos. Es una de las novelas más conocidas de Carolina Coronado, se publicó en 1850 y tuvo una rápida acogida y difusión. En la nota preliminar dedica la obra a sus tíos Francisco y Pedro Romero. Sobre un entramado histórico en el que sobresalen Juan II y sus hermanos y don Álvaro de Luna, sin una obediencia estricta a la fidelidad, según las propias palabras de la autora, se deslizan los amores incomprendidos entre Román, doncel de Juan II, y su amada, la mora Jarilla. La novela se divide en cuatro partes. En la última se produce el desenlace con la muerte de los dos jóvenes. Más allá de este relato histórico-romántico, la autora aprovecha para reflexionar sobre la situación política de la época.
La Sigea (1854)
La novela de ambiente histórico La Sigea fue publicada por primera vez en el Semanario Pintoresco Español en varias entregas, con una dedicatoria a la señorita doña Natalia Falcón, prima de la autora. La novela comenzó a escribirla en 1849 y la concluyó cuatro años después, tal y como explica en el prólogo. La publicación en libro (2 volúmenes) se retrasa hasta 1854. Carolina Coronado rescata para su novela a Luisa Sigea, humanista del siglo XVI que pasó parte de su vida en la corte portuguesa al servicio de la infanta doña María. La elección de esta etapa histórica, Edad de Oro cultural, se podría explicar por la conexión de la escritora con el liberalismo decimonónico que no dudó en ensalzar este período. La decisión de Carolina Coronado de enfrentarse a una novela histórica se ajusta a la estética literaria del momento por ser un género eminentemente romántico, Asimismo, algunos autores, señalan que el personaje de Luisa Sigea le sirve para hablar de múltiples aspectos que inquietan a la escritora.
La rueda de la desgracia, Manuscrito de un Conde (1873)
La rueda de la desgracia es una novela de ambientación contemporánea cuyo título no deja de ser un trasunto metafórico que permite a la autora verter opiniones y críticas acerca de ciertas prácticas y costumbres perniciosas, además de no dejar de lado la situación política que está viviendo España en esos momentos. El subtítulo nos presenta al Conde de Magacela, protagonista junto a Ángela, que termina en un convento para redimir su pena por su ruina personal y la causada a la familia por su afición al juego de la ruleta.
Reconocimiento de la autora.
No siendo en su época bien reconocido que una poetisa publicase sus obras, Carolina se hizo paso en el mundo literario recibiendo por ello varios reconocimientos. Por ejemplo, en el artículo “En honor de una extremeña” se recopilan todas las repuestas publicadas en distintos semanarios en relación con la propuesta que promueve Nicolás Díaz y Pérez en una carta que dirige a don Manuel Balmaseda, presidente de la Diputación Provincial de Badajoz. Dicha iniciativa no es otra que homenajear a Carolina Coronado, que vive en esos momentos en su retiro de Lisboa. El deseo no es otro que coronar a la poeta extremeña como antes lo habían sido otros poetas: M. José Quintana, Lista, José Zorrilla. Este último reconoció el mérito de Carolina tras leer unos emborronados endecasílabos suyos en una de las sesiones del Liceo Madrileño. Sin embargo, Carolina Coronado, lejos de aceptar tan honroso homenaje, manifestó su más profunda negativa, dirigida al mencionado Sr. Díaz y Pérez.
CAMPANARIO.
Es un municipio de la provincia de Badajoz. Situado entre Villanueva de la Serena y Castuera, el río Guadiana constituye su límite norte. Con una extensión de 281,6 km2 y a una distancia de 139 km. a la capital de la provincia. El término municipal está atravesado por el río Zújar, que es un afluente de aquél por su margen izquierda. Pertenece a la comarca de La Serena y al Partido judicial de Villanueva de la Serena.
El paisaje es el propio de la penillanura extremeña. Su superficie es alomada con altitudes que oscilan entre 300 y 400 metros, aunque hay montes más elevados hacia el sur que llegan a 600 metros. El terreno es árido, con afloramientos de granito y de pizarra, éstos muy característicos de Campanario, llamados localmente "dientes de perro". Como toda la comarca, tiene escasa vegetación arbórea, sobre todo bosque mediterráneo con aprovechamiento propio de la dehesa; aunque más del 80% del territorio es una llanura esteparia con pastizales y cultivos cerealísticos.
HISTORIA.
Prehistoria y protohistoria.
Los primeros indicios que dejó el hombre por estas tierras se remontan al Calcolítico, en torno al III milenio a. C. Se han encontrado numerosos restos de industria lítica en la cuenca del arroyo “El Molar”, siendo significativa la concentración de éstos en torno a la presa de “El Paredón”. Abundan entre éstos las hachas pulimentadas y mazas metalúrgicas, además de grabados que se acercan tipológicamente a las inscripciones desarrolladas en la Edad del Bronce. De esta etapa, son dos importantes petroglifos que se pueden contemplar en la finca “Gamitas” y en los “Barrancos”, yacimientos que denotan grandes paralelos con los hurdanos.
En las cercanías del Guadalefra y el río Zújar se han documentado varios indicios de citanías protohistóricas en lo alto de cerros, si bien, nunca se han excavado para ver el alcance de tales manifestaciones.
Del mismo modo, abundan en todas las cercanías del núcleo urbano numerosos útiles del pueblo prerromano, representados en su mayoría por molinos barquiformes. Todos estos restos, hay que enmarcarlos cronológicamente en torno al II milenio y mediados del I a.d.C., algunos ya en la Edad del Hierro.
Yacimientos de La Mata
Es uno de los elementos más representativos de la protohistoria extremeña, destacando la conservación de sus muros de tapial sobre paramento de mampostería con los que forman varias dependencias o habitáculos. Aunque aún está en proceso de excavación, se puede intuir la monumentalidad del edificio, datado en el periodo orientalizante, en torno al ecuador del I milenio a. C., si bien, hay estructuras posteriores sobre él. En las cercanías se conservan los restos de una necrópolis de incineración, donde se aprecia una gran tumba con masa tumular entre otras ya muy arrasadas.
Petroglifo de El Herrador
También, con reminiscencias orientalizantes y de similar cronología, se ha encontrado en la finca “El Herrador” una placa de pizarra con caracteres típicos de la escritura griega y valores del tartésico según la tipología establecida por Gómez Moreno.
Romanización.
Tras la llegada del mundo romano a tierras extremeñas en el siglo II a. C., la sociedad experimenta grandes cambios culturales que se manifiestan en la producción humana de manera significativa. Con toda seguridad, a falta de corroborarlo, la zona con mayor concentración de hábitat dentro de éste término municipal, recibió el nombre de “Valeria”, según Ortiz de Tovar, ubicada en las cercanías de “Las Iglesias Caídas”.
Son muchos los lugares de Campanario donde encontramos indicios de esta romanización, centrados sobre todo en época de Augusto y llegando incluso a tiempos del emperador Teodosio, en el siglo IV d.C. La numismática y la abundancia de terra sigillata en los núcleos de concentración de villas, tales como la de “El Paredón”, las cercanas a La Guarda, “Las Viñas” e incluso la de “La Fuente de los Moros”, ha sido providencial para datar la ocupación romana en estas tierras, que al parecer perduró hasta bien entrado el siglo V y VI, a juzgar por algunos ejemplos de esta cerámica y utensilios con decoración tardorromana.
Entre los elementos más destacados y atractivos al público figuran el Recinto Fortificado tipo torre de la Portugalesa, fechado entre el primer cuarto del siglo I a. C. y finales del siglo I dC, y la propia Presa del Paredón, que aunque se duda de su cronología, es susceptible de ser encuadrada en esta época. Mención especial merece los restos encontrados en las cercanías de Piedraescrita, a los que haremos referencia más adelante.
Ortiz de Tovar, además de analizar al epígrafe que luego estudiaremos, cita la existencia de una piedra descubierta en las “Iglesias caídas” con el siguiente epígrafe: L. T. Avita. ann. XVIII. H. S. E. S. T. T. L. Su transcripción deja entender: "Lucio Tito pasó de esta vida a la edad de 18 años. Aquí está enterrado, séate la tierra liviana".
De la alta Edad Media, etapa que se funde con los últimos tiempos de Roma, tenemos algunos ejemplos de tumbas excavadas en granito en torno a las cuales abundan restos de tégula (tejas). Geográficamente se centran al suroeste de la localidad, próximas a tierras de La Guarda.
Edad media.
Las primeras referencias que tenemos de población después de los romanos, aún careciendo de base científica, aluden a unas alquerías musulmanas que tenían los moros de Magacela en la zona de las “Iglesias”, y que tras la reconquista del territorio se mandó repoblar con cristianos.
La repoblación de toda La Serena arrancó de la donación de la plaza de Magacela a la Orden de Alcántara en 1234, una vez tomado su castillo y villa por el Maestre D. Arias Pérez en 1232.
En el año de 1333 es la primera vez que aparece el nombre de “Campanario” para definir el núcleo de hábitat. El dato, aportado por Torres y Tapia, hace referencia a la compra de parte de unos molinos en el Zújar por Alvar Pérez, Comendador de Magacela. Según Ortiz de Tovar, por estas fechas ya estaría ubicado en el lugar que actualmente ocupa, traslado ocasionado por la escasez de agua en las “Iglesias”.
Marsá es de la opinión de que en la loma donde se ubica la parte antigua del pueblo hubo una muralla defensiva dotada de campanas que servían para llamar a los habitantes de las aldeas y campos colindantes, de ahí el origen del topónimo del pueblo. Por otro lado, y acompañan a ésta primera, se han lanzado varias hipótesis que aclaren el origen del nombre, tal es el caso de las proposiciones de los términos “Campo ario” y “Campo erario”, aludiendo el primero a la sequedad de las tierras en que se asienta y el segundo a la riqueza metalúrgica de la zona. También hay quién insiste en el origen religioso de éste, haciendo referencia a alguna ermita con campanario ya desaparecida
Edad moderna.
Según el presbítero Vicente Navarro del Castillo, la villa de Campanario contribuyó con veintidós de sus habitantes a la conquista americana, repartiéndose por la superficie del Nuevo Mundo donde quiera que hubo presencia española. Entre los que salieron de Campanario, hay que citar a Bartolomé Maldonado que actuó en la región andina, la parte fronteriza de lo que hoy conforma Colombia y Venezuela.
Otro de los hijos de Campanario que fueron importantes en Chile a principios del siglo XVII, fue Bartolomé Maldonado Guisado (o Madrigal), secretario de la Real Audiencia y alférez general, desde 1609 hasta que renunció en 1626. Había casado con doña Nicolasa Suárez de Ortuño, natural de Madrid y tuvieron 11 hijos (5 hijos y seis hijas). Bartolomé fallecía en Santiago de Chile, en 1636.
Campanario fue aldea de Magacela hasta 1525, cuando obtiene el privilegio de villa eximida confirmado por Felipe IV el 26 de septiembre de 1629.
Será a partir de ahora cuando el núcleo comience a crecer paulatinamente, de hecho, tal es su importancia que aparece entre el segundo cuarto del siglo XVI y toda la segunda mitad de esa centuria, en el quinto lugar con el mayor número de vecinos del Partido de La Serena. De Campanario dependían administrativamente sus dos aldeas, Quintana de la Serena y La Guarda. Actualmente solo la segunda depende de Campanario.
Al crecimiento demográfico le acompaña el urbano y monumental, y es en este siglo XVI cuando hay que señalar algunos aspectos artísticos significativos de la población. Con motivo de la visita de Rodríguez Villafuerte a la villa se relacionan todos los edificios notables, tanto los religiosos como civiles. Entre los primeros se citan la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción; Ermita de Nuestra Señora de las Iglesias (luego denominada “ de la Guía ”), cercana a la cual había otras dos, la Ermita de San Ildefonso y San Antón; Ermita de Piedraescrita; y Ermita de San Clemente. De los edificios civiles destacan entre otros las Casas de Encomienda de la Portugalesa, la Casa del Concejo y el Hospital de San Bernardo, mandado hacer por Alonso Godinez, Comendador de la Portugalesa y acabado en 1513. Se encontraba en el solar de la Plaza del Carmen que ocupa la ermita del mismo nombre y casas contiguas. Tenía éste una capilla sacra, dedicada al patrono del hospital que a su vez compartía protagonismo dentro de ella con otros santos como S. Benito, S. Domingo, S.Francisco y la Virgen.
Edad contemporánea.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Villanueva de la Serena.1 En el censo de 1842 contaba con 1383 hogares y 5406 vecinos.2
A mediados del siglo XIX crece el término del municipio porque incorpora a La Guarda.3
El desarrollo demográfico, urbano y social del núcleo que arranca del siglo XIX, se va manifestando poco a poco hasta llegar al XX, concretamente, en 1849 contaba con 900 casas habitadas, aunque la consistorial se declara en muy mal estado, lo mismo que la cárcel. El número de vecinos era de 4.383 y 5.406 almas, y seguían ejerciendo las escuelas de niños y niñas citadas a finales del siglo XVIII, así como otro edificio destinado a hospital para pobres. También, hay algunas novedades en cuanto a la importancia que adquieren algunos monumentos religiosos, ejemplo de ello es que a mediados del siglo XIX la Ermita de los Mártires es citada con la categoría de iglesia.
Con el crecimiento del pueblo, el ensanche empezó a tomar forma llegando al tramo final de la calle Real, configurándose “El Arrabal”, donde podemos contemplar posiblemente los mejores ejemplos de la arquitectura de finales y principios de siglo ataviada con magnífica decoración modernista en sus fachadas. Las Casas del Arrabal, son sin duda reflejo del dominio señorial y poder nobiliario que perduraba aún en estas fechas.
Durante la guerra civil, el aspecto artístico y monumental del pueblo quedó seriamente dañado. El frente, situado en estas tierras, hace que Campanario se convierta en uno de los escenarios donde se desarrollarán los acontecimientos más importantes y de mayor repercusión para el posterior desenlace de la contienda. Todavía son apreciables las trincheras de estos años en “los Barrancos”, elementos que destacan entre el paisaje natural.
En la Plaza de España, frente al Ayuntamiento, se puede contemplar el monumento al escritor local Antonio Reyes Huertas, consistente en una cabeza de bronce con tratamiento rugoso de la textura sobre un enorme monolito de granito. La obra es del artista barcarroteño Luis Martínez Giraldo, ejecutada en 1980. También de bronce, aunque más reciente, es la obra ubicada en el Parque y que representa el busto de otro hijo ilustre de la villa, el bibliófilo Bartolomé José Gallardo; realizada por el escultor villanovense Ricardo García Lozano.
Es también significativo el dato concerniente a la disputa entre varias localidades y Campanario sobre el origen del Conquistador de Chile Pedro de Valdivia, a cuyo nombre hay dedicada una losa de bronce en la fachada del Ayuntamiento.
POBLACIÓN.
Durante la primera mitad del siglo XX, la población de Campanario experimento diferentes etapas de crecimiento, pasando de los 7450 habitantes que tenía a comenzar el siglo a 9.660 a finales de la década de los sesenta, comenzando a partir de esa fecha a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura en los años 60 y 70 del mencionado siglo. El 2016 su población era de 5083 habitantes y su densidad de 20,1 hab./km.2, inferior a la media de la Región.
PATRIMONIO.
Renacimiento.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Iglesia parroquial católica de Nuestra Señora de la Asunción, en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.6 Es una construcción de medianas proporciones levantada prácticamente en su totalidad a finales del siglo XV por D. Juan de Zúñiga con fábrica de mampostería y sillares en sus contrafuertes.
El interior es una sola nave dividida en tres tramos con arcos fajones y cubierta originaria de alfarje de madera; mientras, el altar del templo se cubre con bóveda de crucería, levantada en época contemporánea por haberse desplomado.
Dentro de sus muros podemos contemplar varios retablos de los siglos XVIII y XIX como elementos más interesantes, conservándose algunas piezas barrocas de platería labrada de exquisita factura.
Ermita de Nuestra Señora de Piedraescrita.
Enclavada en el paraje singular de “Los Barrancos”, distante algo más de 5 km del pueblo, corona la cima de una de las numerosas lomas escasas de vegetación que caracterizan al lugar
La ermita es de planta rectangular alargada fabricada de mampostería y sillares en contrafuertes. La cabecera fue cubierta con bóveda de crucería, hoy muy remodelada con un camarín barroco construido a mediados del siglo XVIII. Alberga esta cámara a la Virgen que otorgó el nombre de la ermita, que a su vez vino dado por una lápida romana con epígrafe que se conserva embutida en la fachada meridional del templo.
El templo, debido a sus características artísticas y valor cultural, fue declarado Bien de Interés Cultural por la Consejería de Cultura y Partrimonio de la Junta de Extremadura en el año 1993.
Se levantó a las afueras del pueblo, siendo más tarde absorbida por el tejido urbano que creció hacia la zona “del Arrabal”. El edificio presenta como característica más significativa su planta de cajón alargada, sin grandes alardes arquitectónicos y sobriedad constructiva. En algunas partes del edificio muestra la huella de obras llevadas a cabo a finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Barroco (siglos XVII y XVIII).
Convento de Franciscanos Descalzos.
Fruto de la prosperidad urbana y alza del poder religioso en la villa, se funda en el año 1600 un pequeño Convento de Franciscanos Descalzos, del que hoy sólo se conserva un epígrafe alusivo a la orden monástica y con el escudo representado. Se encontraba éste ocupando el solar de algunas viviendas de la C/ Los Benítez, siendo allí donde podemos contemplar la única referencia a su existencia transformada en dintel de una puerta.
Convento e Iglesia de Las Clarisas.
El Convento es uno de los elementos arquitectónicos más relevantes del pueblo, su patio, dependencias interiores y arquitectura en general, muestran las facetas constructivas de los siglos XVII y XVIII. La planta del templo, claramente de cajón y muy estrecha con cúpula sobre un crucero muy poco desarrollado, pone de manifiesto las características del barroco pleno, posiblemente de la segunda mitad del siglo XVII o principios del XVIII. La bella espadaña de ladrillo que se alza en su exterior y que soporta las campanas, destaca sobre todo por la perfección en la utilización del material, decoración con cerámica, así como por la escultural figura estética y valor histórico artístico.
Ocupa parte del solar donde se levantaba el antiguo Hospital de San Bernardo. El edificio es de planta central cubierto con una enorme cúpula con tambor y linterna que ilumina magníficamente el interior.
Otros elementos artísticos a destacar de la población lo constituyen los palacios señoriales que arrancan del siglo XVI, y encuentran en los XVII y XVIII su mayor auge constructivo. La llamada Casa de los Diablos, de bella fachada y que ha visto seriamente perjudicado su modelo original por las recientes obras, es uno de los hitos del pueblo. Muestra un frontal completo de granito labrado rematado por un escudo coronado con una cabeza humana y flanqueado por dos querubines.
Otras casas nobiliarias y representativas de la arquitectura tradicional de Campanario se conservan aún con algunos blasones de armas; tal es el caso del edificó que hace esquina en la parte más alta de la calle Quintana, donde además podemos contemplar el enorme e interesante escudo. Según algunos autores, esta casa estaría ocupando el solar de un antiguo Convento Carmelita, que además estaba dotado de un inmenso huerto, dato que sin duda es incierto. Otro ejemplar similar destaca en la C/ los Benítez, a los que acompañan varios dispersos por todo el pueblo de menores dimensiones, tales como los de la calle Virgen de Guadalupe y el de la Casa de la Santa Inquisición, en la calle Bartolomé José Gallardo. La riqueza de casas blasonadas en la localidad, es sin duda alguna uno de los atractivos turísticos de mayor interés.
Arquitectura popular.
Además de las viviendas nobiliarias, símbolos y representantes de las clases sociales más pudientes, destacan en la localidad numerosos ejemplos de arquitectura popular sencilla, que, a su vez, refleja la faceta funcional de una localidad tradicionalmente dedicada a labores agrícolas y ganaderas.
La vivienda típica de Campanario se caracteriza por su sobriedad constructiva y estructura interior, que salvando alguna particularidad, responde a un modelo común erigido básicamente con mampostería, tapial y adobe. Suelen ser obras de dos plantas, una baja y sobre ella el doblado, destinado a guardar aparejos de labranza y trabajo. Las dependencias interiores se organizan a ambos lados del pasillo que comunica la puerta de entrada con el corral y cuadras de la parte trasera. Dependiendo de las dimensiones de la casa, puede o no estar dividida en tramos o naves, las más antiguas sin separación de espacios y con techumbres formadas con vigas de madera (troncos de árboles), caña y teja árabe encima; las más recientes, con bóvedas de cañón o aristas separadas por arcos que configuran las naves.
Ejemplos de estas primeras, ya en peligro de extinción, aún se conservan en el “Barrio de los Olivos” y otras calles de la periferia menos remodelada de la localidad.
Las fachadas, todas ellas enlodadas, presentan dos divisiones, una superior encalada y otra inferior marcada por el zócalo característico de las poblaciones del llano. A ambos lados de la puerta de entrada, se abren pequeños vanos que iluminan las dependencias interiores, aunque no es extraño que carezcan de estos.
FIESTAS.
Destaca por antonomasia la Romería de Piedraescrita. Esta peculiar fiesta, celebrada el Lunes de Pascua, data aproximadamente del siglo XVII y, como indica su nombre, se lleva a cabo en honor a la Virgen de Piedraescrita, Patrona de la Serena. La devoción por la "la Barranquera", nombre que se le otorga popularmente a la imagen, ha logrado cruzar fronteras y consigue que cada año miles y miles de personas se den encuentro en la localidad para disfrutar de un día de campo. Además, el atractivo principal de esta fiesta se centra en el desfile de carrozas.
Las carrozas, que se elaboran durante los dos o tres meses previos, se componen de estructuras de madera y hierro que decoradas con papel de colores dan lugar a figuras. El amplio recorrido de las carrozas el día de la Romería suele ser seguido por todos los romeros que acompañan las carrozas, ya sea a pie o a lomos de un caballo o burro. En cuanto a estos suelen ataviarse con las típicas caídas.
Otras fiestas de la localidad son la Caseta, la feria de abril, la feria de agosto, La Noche Eterna, La Semana Santa y la Romería de San Valentín.
A.E.A.
CAMINOMORISCO.
Es un municipio perteneciente a la provincia de Cáceres, en la comunidad autónoma de Extremadura. Se encuentra en la comarca deLas Hurdes, situado en la carretera EX-204 entre Pinofranqueado y Vegas de Coria.
Con una extensión a 147 Km2 y a una distancia de 141 Km. a Cáceres capital. Se sitúa al norte de la provincia, en la mancomunidad de Las Hurdes, entre las poblaciones de Pinofranqueado, y Casar de Palomero. Pertenece al partido judicial de Plasencia.
Además del propio municipio, conforman la comunidad de Caminomorisco las arquerías de: Arrolobos, Cambrón, Cambrocino, Huertas y Riomalo de abajo.
HISTORIA.
Hasta principios del siglo, no existió, en la comarca de Las Hurdes, ninguna población con el nombre de Caminomorisco. Lo que sí existía era un concejo con tal nombre, que abarcaba los pueblos de: La Aceña, La Dehesilla, La Huerta, Cambrón, Cambroncino, Arrolobos, Arrofranco, Riomalo de Abajo, Casas de Jelechoso, Arrocartintero, Arrocerezo y Las Calabazas.
El último de estos pueblos es el que hoy se denomina Caminomorisco, y los tres anteriores son ya despoblados, aunque alguno de ellos se cita reiteradamente en documentos del siglo XVI, no debieron ser núcleos estables, o tener poca entidad poblacional, pues muchas veces no aparecen incluidos en las alquerías contribuyentes a dicho concejo de Caminomorisco.
El antiguo pueblo de Las Calabazas, hoy Caminomorisco, muestra, desparramados por su término, numerosos vestigios de épocas prehistóricas, sobre todo del Calcolítico y del Bronce. En los parajes de: Candelario, La Jareta, Madroñal, Romanzano, Escugoso... se pueden rastrear infinidad de restos líticos: puntas de flechas, hachas, pesas de red, molinetas y molederas, dientes de hoz, raederas... Así mismo, se descubren numerosos fragmentos cerámicos y enterramientos tumulares. También son visibles fondos de antiguas cabañas prehistóricas.
Dentro del término del concejo se han encontrado interesantes ídolos-estelas, como los de Arrocerezo, Vamesto, Cugoso, Los Tesitos, La Coronita... Los romanos dejaron, igualmente, sus huellas en diferentes lugares del concejo, como es el caso de los pagos de: El Alcornocal, La Cebaílla, Valle Clara, Los Tesoros, El Minuero...
En tiempos plenamente históricos (siglo XIII), el lugar de Las Calabazas pasa, al igual que la llamada "Dehesa de Jurde", a depender del señorío concejil de La Alberca (villa perteneciente hoy en día a la provincia de Salamanca), por una donosa concesión que hizo a esta villa el infante D. Pedro, señor de Granada, hoy Granadilla. La Alberca dictó unas ordenanzas concejiles muy oprobiosas en contra de los hurdanos, por lo que éstos pleitearon y se rebelaron continuamente, pero el yugo concejil albercano continuó hasta el siglo XIX.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, Partido Judicial de Granadilla, entonces conocido como Camino Morisco.4 En el censo de 1842 contaba con 140 hogares y 767 vecinos.
MONUMENTOS.
Iglesia parroquial católica bajo la advocación de San José, perteneciente a la diócesis de Coria.8
Cómo edificio de arquitectura típica, pero de reciente edificación es la Casa de la Cultura de Caminomorisco, que se ha construido respetando la arquitectura popular hurdana, utilizando los mismos materiales como son la piedra y pizarra.
Además, en la localidad existen muchas rutas a través de sus senderos para contemplar una buena muestra de la riqueza de flora y fauna que conviven en sus dominios.
En el limite de su termino se encuentra el famoso Meandro del Melero, en el rio Alagón, que separa su termino con el del termino de Sotoserrano.
POBLACION.
Durante la primera década del siglo XX Caminomorisco y sus arquerías tuvieron un aumento de población bastante importante, pasando de los 964 habitantes que tenían a comenzar el siglo, alcanza su máximo histórico de 1997 a finales de la década de los sesenta, comenzando a partir de ese momento a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura en los años 60 y 70 del mencionado siglo. Al comenzar el nuevo siglo también ha seguido perdiendo población, alcanzando solo en 2016 los 1.228 hab. y una densidad de 8,6 hab./km2, la tercera parte de la media de la Región.
FIESTAS. Matanza Tradicional- Representación de una tradicional matanza hurdana con Mercado Artesanal. Segundo fin de Semana de Marzo.Caminomorisco
TRADICIONES.
En Caminomorisco encontramos a varios artesanos que realizan sus actividades con muy diversos materiales como son la piedra, madera, bálago, etc.
La principal actividad artesanal son las casas de piedra en miniatura que se pueden adquirir en numerosos puntos del municipio, junto con el resto de artículos típicos de la localidad como los Dulces (perrunillas, floretas, miel, mantecados, etc.), el Vino de pitarra y los Bordados.
CALZADILLA.
Calzadilla (Carzaílla en extremeño) es un municipiode la provincia de Cáceres. Pertenece al partido judicial de Coria y a la mancomunidad del Valle del Alagón.
Con una extensión de 75,3 km2. El pueblo es conocido por el Lagarto de Calzadilla. Según la historia que se narra en la localidad, un pastor pidió a la imagen del Cristo de la Agonía que su cayado se convirtiera en una escopeta, para poder matar a un gran lagarto que se estaba comiendo a sus ovejas. Existen restos de dicho animal en el museo de la localidad.
El término municipal de Calzadilla limita con:
HISTORIA.
Aunque no existe constancia documental de ello, ya que los archivos municipales fueron quemados por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia Española, se podría decir que los orígenes de Calzadilla (antiguamente denominada Calzadilla de la Cuesta por los restos de la antigua calzada romana que unía Coria y Guijo de Coria y de la que existen restos en la zona del Sierro y la calleja de “Guingao”) se remontan a épocas muy antiguas, como lo demuestran numerosos hechos como la existencia de un castro celta en la zona de la dehesa denominada los tesoros y una serie de tumbas antropomórficas, de las cuales hay dos conjuntos sepulturales y una tumba aislada. A pesar de que se sabe poco de ellas, probablemente fueron de la época visigoda o medieval.
Además, en la zona denominada El Chivote, hay unas antiguas minas de oro de la época romana. Se puede observar una zanja escombrada donde los romanos extrajeron el oro. Esta zanja fue estudiada en los años 1950 y se construyó un pozo con la esperanza de encontrar oro allí.3
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, Partido Judicial de Coria, entonces conocido como Calzadilla,4 que en el censo de 1842 contaba con 220 hogares y 1205 vecinos.
En 1975, Calzadilla fue uno de los cuatro municipios fundadores de la Mancomunidad de San Marcos, que en 2006 se unió a la Mancomunidad Valle del Alagón para formar la Mancomunidad Integral Valle del Alagón, de la cual el pueblo forma parte en la actualidad.5
POBLACION.
Durante la primera mitad del pasado siglo XX, la población de Calzadilla fue aumentando paulatinamente pasando de los 1.193 habitantes que tenía a comenzar el siglo a los 1.659 al principio de la década de los sesenta. Empezando a partir de dicha década a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura en aquellos años.
Al terminar el mencionado siglo, su población alcanzaba la cifra der 590 habitantes, habiendo seguido perdiendo población durante los primeros años del XXI; alcanzando solo los 493 habitantes en 2016 y una densidad de 6,6 hab./km2, muy baja incluso aun de la media de la Región.
PATRIMONIO.
Posee Calzadilla una modesta Iglesia, con detalles góticos de la segundad mitad del siglo XV. Mucho mayor interés ofrece la Ermita del Santo Cristo, que conserva en su interior el Cristo Crucificado de la Agonía, que según la tradición procede de la mismísima Roma. La justificación a tal hecho, procede de la pretendida nacionalidad italiana de su escultor Lucas Mitata, a quien se atribuye la obra.
La ermita es una construcción sólida, en cruz latina, en la que se funde una capilla mayor y el crucero del siglo xvi y una nave de factura posterior. Destaca la resolución del espacio interno cono bóvedas de cañón apuntado en la nave y cubierta de tercelete en el transepto y brazo del crucero.
El presbítero se cierra con un cuatro de esfera montado sobre pechinas. Aunque no existe documentación sobre su construcción, la singular solución de la capilla mayor y la atractiva cubierta de la sacristía con un cañón recorrido con finos nervios transversales, vinculan la obra al maestro Pedro de Ibarra, pudiéndose datarse del tercer cuarto del siglo XVI.
FIESTAS.
En Calzadilla se celebran las siguientes fiestas locales:
TRADICIONES.
En Calzadilla hay leyendas como la Leyenda del Lagarto, la Leyenda del Pozo y la Tradición de la imagen del Cristo. Entre las canciones populares del lugar destacan Las Ganancias y La Pata y el Pie.11
GASTRONOMIA.
Los platos más típicos de Calzadilla son:
Dentro de la repostería, destacan dulces que se elaboran durante celebraciones como bodas, bautizos y comuniones:
Otros dulces típicos son magdalenas o los famosos bollos de leche.
A.E.A.
CALZADILLA DE LOS BARROS.
Calzadilla de los Barros es un municipio de la Provincia de Badajoz, tiene una extensión de 52,2 km2, situado al sur de la misma a 93 km. de la capital de la provincia. Pertenece a la Mancomunidad de Zafra-Ro Bodión y al Partido Judicial de Zafra.
POBLACION.
Calzadilla tenía en 1791 unos 200 vecinos, población que venía a corresponderse con unos 900 habitantes. Comparando estos datos con otros anteriores vemos que su población había disminuido con respecto a los siglos XV y XVI. Calzadilla, como entidad de población, alcanzaría su punto más alto a mediados del siglo XVI llegando a la cifra de 1800 habitantes, muchos en relación a la población de entonces. Madoz nos da una población en 1850 de 214 vecinos que venían a corresponderse con unas 950 almas.
La configuración social de Calzadilla a finales del siglo XVIII ofrecía el siguiente panorama: 1 cura, 2 sacerdotes, 2 sacristanes, 2 ordenantes, 5 nobles, 70 labradores, 5 oficiales de primera de obra, 1 sastre, 1 barbero, 1 herrero y 3 maestros albañiles; el resto eran todos jornaleros. No había ningún gremio, el escaso número de artesanos no lo permitía. Los jornaleros percibían por su trabajo un salario de 3 reales, aunque era negociable, según la naturaleza de la faena a realizar y las estaciones; había quejas con respecto a ellos. Por lo visto no trabajaban lo suficiente: la jornada de trabajo era de sol a sol.
El ayuntamiento de Calzadilla se componía de dos alcaldes ordinarios, uno por el estado noble y otro por el general, un alguacil mayor, un mayordomo del concejo, dos alcaldes de la Santa Hermandad y dos regidores perpetuos. La preponderancia social y política se la llevaban las cinco familias nobles que vivían en Calzadilla, pues se turnaban en los cargos concejiles y manejaban el pueblo a su antojo. En su evolución a través del siglo XX no llegaría a alcanzar la cifra que en su momento alcanzó.
Evolución demográfica de Calzadilla de los Barros |
||||||||||||
1910 |
1920 |
1930 |
1940 |
1950 |
1960 |
1970 |
1980 |
1990 |
2000 |
2003 |
2006 |
2007 |
1193 |
1223 |
1496 |
1516 |
1551 |
1619 |
1030 |
844 |
806 |
870 |
845 |
854 |
848 |
(Fuente: [cita requerida]) |
Se nota la tremenda emigración que sufrieron, a partir de los años sesenta, las áreas rurales, que la de Calzadilla se orientó hacia Cataluña, Alicante, Madrid y Sevilla, principalmente. En la actualidad son pocas las familias que emigran, con lo que en los últimos años se ha corregido que la tendencia hacia la disminución de la población. En 2016 su población alcanzaba solo los 823 habitantes y su densidad era de solo también 16,2 hab./km2, cifra muy inferior a la media de la Región.
HISTORIA.
Orígenes.
Pocos, por no decir ninguno, son los vestigios originarios del pueblo, aunque por los restos encontrados, generalmente de cerámica, monedas y la ubicación del núcleo urbano en la vía o calzada romana que unía Itálica con Emérita Augusta, podríamos afirmar sus orígenes romanos.
Reconquista.
En la época de la Reconquista, Fernando III el Santo, arrebata territorios a los moros comprendidos entre Feria y Fuente de Cantos y Llerena, aportando una enorme ayuda el entonces Maestre don Pelay Pérez Correa, por lo que el rey donó la mayor parte de estos territorios a la Orden de Santiago, quedando Calzadilla supeditada a dicha orden en 1242.
La indefensión de territorios baldíos de cada lugar provoca la existencia de asociaciones más o menos conflictivas. Así el 2 de mayo de 1242, Fernando III de Castilla entrega al Maestre don Pelay el documento de creación de la Hermandad de las cinco villas de las que forma parte Calzadilla. En 1480, encontrándose vacante la encomienda de Calzadilla, según los visitadores de la Orden, Don Alonso de Cárdenas se la asignó a Diego de Vera, que como tal comendador asiste el 11 de marzo de 1481, en la iglesia de Santa Olaya de Mérida a la reunión preparatoria del Capítulo General que había de celebrar en Llerena en junio del mismo año.
La Encomienda de Calzadilla.
Los primeros edificios que tuvo la Encomienda fueron un bastimento de pan y otro de vino, que estaban arruinados y se reconstruyeron con Diego de Vera en 1494. El 12 de julio de 1494 el rey Fernando el Católico toma la administración del Maestrazgo de la Orden y ordena hacer una visita a toda la Orden, visita que habría sido acordada en el capítulo que había comenzado en Tordesillas el día 6 de julio de dicho año. La visita es encomendada a Fernando de Arce, caballero proceso de la Orden y a Francisco Marín Bello, vicario de Beas y religioso también de la Orden.
En la visita se señala que Calzadilla de los barros tenía 365 vecinos, pertenecía al partido de Llerena y la renta de la Encomienda era de 93.000 maravedíes, 120 fanegas de trigo y 350 de cebada para el Comendador y 27.000 maravedíes para la mesa Maestral. En 1508 se siguen dando órdenes para completar la casa. En la actualidad el inmueble está totalmente transformado. La torrecilla de la fachada que daba a la plaza de la iglesia ha desaparecido, pero queda otra que mandó cortar en 1515, dato éste que hace que se conozca esta casa como la de "La Encomienda".
Siglo XV.
Los datos de población en el siglo XV son escasos, y es a partir de 1494 cuando comienzan algunos atisbos debido a los libros de visita.
Siglos XVI y XVII.
En el siglo XVI (1551), existen ya en muchos lugares libros de registros de bautizos. Así, en el primer tercio del XVI, dispone Calzadilla de 400 vecinos, población alta para la época. En 1573, durante el reinado de Felipe II, se separan las cinco villas de la administración de la Orden de Santiago y se unen a la corona por medio de Bulas y Breves Apostólicas.
Durante el siglo XVI goza Calzadilla de una economía boyante debido a los numerosos ciudadanos que emigran a Indias (más de 30) y vuelven con una posición más holgada. Prueba de ello es la construcción de un retablo en la parroquia a cargo del capitán Juan Navarro que murió en México.
A mediados del XVII la Encomienda de Calzadilla pasa a propiedad de don Ambrosio Spínola, que se convirtió en marqués de Montemolín y Señor de Calzadilla hasta 1765, fecha en la que es vendida al marqués de Valdemoro, vecino de Bienvenida.
Siglo XVIII.
En el siglo XVIII aún conserva Calzadilla cuatro ermitas: Ntra. Sra. de la Concepción, Ntra. Sra. del Socorro, Ntra. Sra. de las Angustias y Ntra. Sra. de la Encarnación, siendo esta última la única existente en la actualidad y en la que se venera la imagen de la Patrona, Nuestra Señora de la Encarnación, talla anónima en madera de nogal policromada del siglo XVI. Todas estas ermitas se construyeron en el siglo XVII, excepto la de Ntra. Sra. de la Encarnación, que es del siglo XVI.
También se habla en esta época de dos hospitales: Ntra. Sra. de la Angustias y Ntra. Sra. del Socorro: ambos para hospedajes de pobres transeúntes, y hoy desaparecidos.
Siglo XIX.
Poco conocemos de su historia. En 1810 coincidiendo con la guerra de la Independencia se hallaban en Calzadilla tropas inglesas y portuguesas al mando del general Madden.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad, entonces conocida como Calzadilla se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Fuente de Cantos.1 En el censo de 1842 contaba con 214 hogares y 840 vecinos.
MONUMENTOS.
El inmueble más destacado de Calzadilla es la Iglesia del Salvador que perteneció a la Orden de Santiago. Se trata de un edificio de plantar rectangular y una sola nave dividida en cinco tramos por arcos fajones levemente apuntalados y con ascenso al presbítero en arco de medio punto.
El material constructivo es de mampostería en los muros, el ladrillo en los contrafuertes y lo sillares de granitos en los arcos de interior. La capilla mayor se puede datar de finales del XV, siendo el resto del templo del siglo XVI. La torre está situada a los pies en el lado del evangelio, tiene dos cuerpos y esta rematada por una espadaña. La portada del oeste, única con cierto valor arquitectónico, está formada por dos arquivoltas apuntadas sin más decoración que unas líneas de bolas en el interior y una aleve moldura en el exterior. El ábside es poligonal de lados iguales y con un remate en almenas, lo que confiere al edificio cierto aspecto defensivo.
En el interior, las partes más interesantes son el primer tramo de la nave con el coro y el soporte del órgano y la capilla mayor. Es de destacar el retablo Principal datable del siglo XV o principios del XVI. Consta el mismo de tres cuerpos con cinco calles principal y tres en los laterales y un total de 28 tabla no todas de la misma fecha. El guardapolvo central es de estilo gótico y las alzas laterales rematan en confección mudéjar de tablilla dorada. El tablero izquierdo lleva una puerta de labor de entrelazado mudéjar y una cenefa cuya decoración tiene mucho que ver con lo plateresco. Este templo fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1982.
FIESTAS.
Sus fiestas son:
CALERA DE LEÓN.
Es un municipio de la provincia de Badajoz, situado sobre una colina de 709,4 metros y su término municipal está lleno de sierras y colinas (Sierra de Tentudía).
En su término municipal se halla el monte Tentudía, el más alto de la provincia de Badajoz con 1.104 msnm .
Con una extensión de 69 Km2. Dista de Badajoz 126 km y de Sevilla, 101 kilómetros. Pertenece a la comarca de Tentudía y al Partido judicial de Zafra.
En octubre de 2007 fue seleccionada, junto a otras 19 poblaciones del Viejo Continente, para formar parte de la película documental Pueblos de Europa, lo que la convierte en una de las pocas ciudades españolas en formar parte de ese proyecto audiovisual.
HISTORIA.
Durante la dominación árabe se le denominó Al-Caxera, que quiere decir blanca, pero su verdadero renombre histórico arranca de mediados del siglo XIII.
Durante la reconquista de Sevilla por Fernando III, El Santo, el monarca encargó al maestre santiaguista Pelay Pérez Correa atacar a un ejército sarraceno que se ubicaba en los puertos de estas sierras, librando con él tan feroz batalla que la noche se acercaba sin decidirse la victoria, por lo que el valeroso capitán clamó a la Virgen gritando “Santa María deten tu día”, y cuenta la venerable tradición que el sol se paró en el horizonte, como en los tiempos bíblicos, para permitir a los cristianos el ansiado triunfo. En memoria de este prodigio el maestre mandó edificar en la cima del monte más alto un templo, el cual fue erigido a la categoría de monasterio por el Papa León X en 1514, y que fue cabecera de la Vicaría de Tudía que comprendía nueve pueblos de la zona y albergó un colegio de humanidades que hasta su desaparición, a mediados del siglo XIX, era el más importante de Extremadura.
A partir de la construcción de este templo, al que se le fue dotando de grandes rentas, y con la edificación posterior del Conventual Santiaguista, Calera de León pasó a constituir uno de los centros más significativos de la Orden de Santiago.
Hasta 1873 perteneció a la diócesis del Priorato de San Marcos de León, fecha a partir de la cual pasó a la jurisdicción de la diócesis de Badajoz.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Fuente de Cantos.2 En el censo de 1842 contaba con 319 hogares y 1251 vecinos.3
MONUMENTOS.
Iglesia Santiago Apóstol.
Se trata de una obra gótica tardía, de finales del XV, es de una sola nave, de gran amplitud, con cuatro capillas hornacinas en el lateral de la Epístola, sacristía y la capilla bautismal, hoy de Sagrario. Se cubre con bóveda de crucería en forma de estrella, cuyos nervios descansan en pilastras constituidas por semicolumnas adosadas. Las capillas hornacinas tienen boveditas de crucería en su variedad de “espejo” sobre arcos de medio punto. La portada principal del templo es renacentista, adintelada, con cuatro columnas toscanas y hornacinas vacías en los intercolumnios, cuatro flameros por coronamiento y tímpano en arco. La del lado del Evangelio es gótica, perfilada en dintel, con dos cuartos de círculo y hornacina vacía. El retablo mayor está constituido por ocho lienzos de Eduardo Acosta que representan a los cuatro evangelistas, escenas de la batalla de Tentudía, con la aparición de la Virgen a Pérez Correa, y coronando el conjunto la figura ecuestre del Apóstol Santiago. La hornacina está ocupada por una talla de madera del Cristo Crucificado, datada en el s. XVI, que ha sido restaurada. En las vidrieras podemos observar la flor de lis que representa el triunfo y la espada de la Orden de Santiago. El púlpito, situado junto al arco toral, es de granito con cuerpo octogonal que descansa en base gallonada sustentada por un pilar del mismo material. Al pie de la escalera de acceso hay una pileta de agua bendita de piedra granítica con cazuela gallonada. A los pies de la nave se encuentra la tribuna que se alza sobre arco escarzado y bóveda de crucería muy plana.
Durante la estancia de los freires de san Marcos de León la iglesia se benefició de mucho mobiliario, enseres que trajeron consigo, llegando a contar con hasta cinco órganos.
Monasterio de Tentudía.
Esta obra es un importante conjunto arquitectónico de estilo gótico mudéjar catalogado de Bien de Interés Cultural Nacional.
La Iglesia fue elevada sobre un modesto templo anterior erigido en conmemoración de la mítica batalla de Tentudía. Debió estar compuesto por tres naves, comunicadas a través de hiladas de arcos de cantería, con una capilla de planta cuadrada en la nave central y otras menores, adosadas a las colaterales. El cerramiento se solucionaría con una simple cubierta de madera, de estética mudéjar. A finales del S. XIV fueron adosadas a la cabecera dos capillas funerarias, conectadas con las naves colaterales por medio de un reducido pasillo donde podemos encontrar a dos maestres de la Orden de Santiago: Gonzalo Mexías y Fernando Oxores. Las capillas laterales albergan retablos de azulejos, posteriores al del altar mayor, representando uno a Santiago caballero en blanco corcel, vestido de armadura, con espada en la mano derecha y bandera en la otra, yaciendo a sus pies los enemigos vencidos en combate. Flanquea la escena dos grandes árboles y está bordeada de cenefa con ramificaciones y guirnaldas. En el frontal de la mesa del altar figura una cartela con la imagen de la Virgen y el Niño. La capilla de San Agustín muestra en su retablo cerámico al Santo caracterizado de Padre de la Iglesia, con mitra y báculo, sosteniendo en su mano derecha la pluma de doctor y en la izquierda la iglesia de fundador. Preside el templo la bellísima imagen de la Virgen de Tentudía, advocación de gran raigambre dentro y fuera de la zona. Es una imagen de las llamadas de “candelero” en cuyo rostro se aprecia la armonía de la dulzura con la majestad que los artistas del siglo XVIII imprimían a sus obras.
Lo más interesante del Monasterio es el retablo mayor, realizado en 1518 por el famoso ceramista italiano afincado en Sevilla Niculoso Pisano, donde el estilo mudéjar se combina en la rica armonía de su bello colorido, resultando uno de los conjuntos cerámicos más importante de la península. Sus dimensiones son de 3,4 m de alto por 2,65 m de ancho con un total de 640 azulejos. La obra representa en su mayor parte escenas marianas poniendo de manifiesto el delicado arte de este gran artista del Renacimiento. Al lado derecho del altar junto a una inscripción se encuentra la tumba del fundador, Pelay Pérez Correa, revestida de azulejos de la misma traza y estilo.
El claustro al estilo mudéjar sencillo y construido con ladrillo, se compone de una galería en cuatro tramos con dos pisos superpuestos el inferior de cuatro arcos de medio punto y el de arriba con cinco vanos de medio punto rebajados. La arquería se sustenta en pilares octogonales con basa y capitel. En el centro lleva un aljibe de gran capacidad. A los lados de la galería se distribuyen las diversas estancias, sobrias habitaciones cubiertas de techos planos de madera o con bóvedas de crucería. También se construyó una sacristía y tribuna, apertura de portadas para comunicar el ábside con las capillas funerarias, etc... Décadas después fueron sustituidas las tres naves del templo, dando lugar a una iglesia de nave única cubierta con bóvedas de cañón.
Conventual santiaguista.
Es una construcción de piedra granítica y mampostería, realizada a finales del siglo XV, como residencia más amplia holgada de los caballeros que habitaban en Tentudía. Albergó durante cuarenta años el Colegio de San Marcos de León que la Orden trasladó desde la capital del antiguo reino en 1562. Al igual que el Monasterio de Tentudía el edificio está declarado de interés Bien Histórico Artístico Nacional desde 1931. Su claustro de doble planta está construido con piedra granítica y su columnata y las artísticas bóvedas de sus salas y galerías muestran con profusión la belleza del estilo renacentista. De 1.930 a 1.934 este prestigioso monumento fue objeto de diversas tentativas de despojo con la intención de demostrar sus artísticas piedras para trasladarlas a América.
Una de sus estructuras más importantes es el claustro, de planta cuadrada y dividido en dos pisos superpuestos. El inferior se conforma con arcos de medio punto, que descansan sobre pilares con pilastras jónicas adosadas y ornamentales. El cerramiento de éste se resuelve con bóvedas de crucería. Las habitaciones monásticas más bellas se emplazan en la planta baja destacando la “Sala de los Capítulos o de las Piñas” por presentar las claves de los nervios de sus bóvedas decoradas con florones. Como decoración del conjunto, se esculpen conchas santiaguistas y emblemas heráldicos.
Ermita Ntra. Sra. de los Dolores.
Se encuentra en el límite del casco urbano camino a Tentudía. Está concebida como ermita-humilladero aunque se encuentra profundamente modificada, debido a las sucesivas intervenciones que fueron practicando con el paso de los siglos, en el barroco sobre todo. Es de pequeñas dimensiones con una nave única, cubierta al exterior a dos aguas. Lo más destacado, además de su portada principal o de los pies, es el tambor octogonal que se asienta sobre la cabecera; cerrada con una cupulilla. Se remata este cimborio con un temple de la misma planta, coronado por un pequeño pináculo. La portada posee gran valor plástico, de inspiración clásica como bien lo demuestran los elementos que la decoran. Contó en otro tiempo con un enrejado de madera que separaba el presbiterio o zona más sacra, de la nave, o espacio laico. La finalidad de ésta pieza era la de proteger de los frecuentes robos y saqueos, el ajuar artístico y litúrgico del templo, situado en su mayor parte en el mencionado presbiterio. Son característicos sus poyos interiores a modo de asientos adosados a los cimientos de los muros.
FIESTAS.
Romería de Tentudía.
La Romería de Tentudía es una fiesta que se celebra todos los 8 de septiembre desde la segunda mitad del Siglo XIII y tiene más de 700 años de antigüedad.
Al construirse el Monasterio la devoción a la virgen tomó gran auge e incremento, citándola Alfonso X “El Sabio” en sus célebres cantigas. Al correr de los tiempos la fiesta fue ganando en popularidad y asistencia y a finales del Siglo XIV el rey Enrique II de Trastámara concede al vicario diversos privilegios para la fiesta de la virgen, que incluían el precio a los feriantes del impuesto de asientos y baras. Ya en aquellos tiempos la asistencia a esta romería superaba la cifra de más de 6.000 personas que acostumbraban a venir desde el sur de la provincia de Badajoz y de la parte norte de Huelva y Sevilla.
Según datos contrastados se puede decir que la romería o feria de Tentudía es una de las más antiguas de España.
Desde la plaza mayor de la villa cada amanecer del día 8 de septiembre, sale nuestra imagen de la Virgen de Tentudía, patrona de Calera de León y de la comarca de Tentudía, acompañada de infinidad de romeros y peregrinos hacia su santuario, el Monasterio de Tentudía, que se reúnen en multitud para expresar su devoción a su patrona.
Todos en peregrinación emprenden el camino acompañando a la virgen, un camino de nueve km que a veces se hacen pesados, pero el esplendor de los paisajes, el aire fresco de la sierra y las paradas de descanso donde no falta el poder degustar entre los romeros nuestros dulces tradicionales y las viandas de la tierra, basada especialmente en los productos de el cerdo ibérico.
Otras fiestas de interés.
CALAMONTE.
Calamonte es un pueblo de la provincia de Badajoz, que se encuadra en la penillanura extremeña y, orográficamente no presenta grandes dificultades, a excepción de pequeñas elevaciones que rompen con la monotonía de la llanura.
Tiene una altitud media de 247 msnm, siendo su cota más alta de 390 msnm en la ladera de la Sierra de la Víbora, al suroeste del término y la más baja de 210 m al noreste del mismo.
El término municipal se encuentra tan solo a cuatro km de la ciudad de Mérida, en la comarca de Tierra de Mérida - Vegas Bajas. Pertenece al Partido judicial de Mérida.
Tiene una estratégica situación geográfica, dotada de una excelente infraestructura para las comunicaciones.
Su superficie es de 7,8 km². La distancia con respecto a los municipios cercanos de mayor población es:
HISTORIA.
El origen de Calamonte es probable que se remonte a la época romana.
Hay varias teorías sobre este origen. Una de ellas fue que pudo surgir en el cruce de las vías Olisipone-Eméritam (Lisboa-Mérida) y la Hispali-Eméritam (Sevilla-Mérida), lo cual parece erróneo tras las excavaciones donde fue construida la antigua Fábrica de Nutrotón. Otros opinan que surgió en torno a una villa de recreo romana. Lo que sí se puede constatar es que en Cerro Verde han aparecido trozos de objetos de barro de la época romana.
Desde mediados del siglo XIII, sería un lugar perteneciente al «Provisorato de Mérida», en la «León de la Orden de Santiago», bajo dominio de la Orden de Santiago. Esta aldea formaba parte de la Encomienda de Mérida, también llamada Casas Buenas de Mérida, perteneciente a la provincia de «León de la Orden de Santiago»1
Durante varios siglos dependería administrativamente de Mérida.
Al amparo de la carta privilegio de Vasco Rodríguez de Cornago, Maestre de la Orden de Santiago, fechada el 28 de abril de 1365, surgen las aldeas de Calamonte, El Carrascalejo y Esparragalejo.
Toma su nombre de la cercana «Sierra de Colamonte», Alfonso XI en su «Libro de la Montería» se refiere a dicha Sierra de Colomonte.
Bernabé Moreno de Vargas, en su Historia de la Ciudad de Mérida, refiriéndose al nombre de Calamonte, dice: “Pudo ser que en aquel sitio estuviese en algún castillo de moros, que ellos llaman Caía, y por estar despoblado y en el monte, le llamaron Calamonte, como Calatrava, Calatayud. y otros lugares; si ya no es que digamos se deriva de la palabra latina Coliomontis, que significa cuello del monte; y así en el “Libro de la Montería” se llaman Calamonte el Mayor y Calamonte el Menor”.2
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Mérida.3En el censo de 1842 contaba con 330 hogares y 1110 vecinos.4
Hasta 1873 perteneció a la diócesis del Priorato de San Marcos de León, fecha a partir de la cual pasó a la jurisdicción de la diócesis de Badajoz.
POBLACIÓN.
La población de Calamonte, ha seguido manteniendo un aumento casi constante tanto en el siglo XX como en los años que llevamos de XXI. Como lo demuestra que desde los 2.525 habitantes que tenía en 1900 ha pasado a tener actualmente 6.255 habitantes. Siendo de las pocas poblaciones extremeñas que no le afecto la sangría emigratoria que sufrió Extremadura durante los años 60 y 70 del siglo pasado.
PATRIMONIO.
El edificio más sobresaliente del municipio e, es la Iglesia de la asunción de Nuestra Señora, de planta rectangular y cabecera recta, cuenta a ambos lados con grandes espacios para el servicio del templo.
El interior consta de tres tramos separados por arcos apuntalados. La construcción del templo se efectuó en la primera mitad del siglo XVI. La torre tiene dos cuerpos realizados con mampostería y sillares en los ángulos, su remate en tronco de pirámides es posterior a su construcción. Ola única portada que da acceso al interior es de estilo plateresco y colocada posiblemente después de haber la nave del templo., contiene dos toscas pilastradas que descansan sobre rudas basas, delimitan la portada. Las jambas llevan decoración de angoras y elementos vegetarianos, sin faltar las volutas. En las enjutas dos cabezas de persona cubren los espacios, rematándose todo pro cornisa y friso sin decoración.
FIESTAS.
GASTRONOMIA.
En Calamonte es tradicional la elaboración de platos típicos extremeños, como son las Migas, el Gazpacho, la Caldereta, la Menuanza y el Cojondongo, en torno a los cuales se reúnen los calamonteños en sus fiestas y celebraciones.
Los dulces que se degustan son los de “toda la vida”, como son las Perrunillas, Bollos de Chicharrón, Magdalenas, Roscas Fritas, Flores y Galletas de Maquinilla. Es típico hacerlos en casa y llevarlos a cocer al horno de la panadería. Como las Flores y las Roscas Fritas no necesitan horno, se hacen en los hogares.
Y no podemos dejar de destacar la variedad de vinos elaborados en la propia localidad. Se pueden degustar excelentes caldos, tanto blancos como tintos, procedentes de cualquiera de las bodegas del pueblo.
CADALSO DE GATA.
Es un pueblo situado en la Sierra de Gata entre la Sierra de los Ángeles y el Pico de la Almenara, a orillas del Río Árrago. Se encuentra en una zona de flora mediterránea compuesta por olivos, pinares, robles, jaras, brezos.
Con una extensión de tan solo 8Km2. Pertenece a la Mancomunidad de la “Sierra de Gata” y al Partido Judicial de Coria. Y dista 108 km. de la capital de la provincia.
HISTORIA.
Cuentan que en la Edad Media en este lugar ahorcaban a los musulmanes que hacían presos después de verlos desde la Almenara y el castillo de Santibáñez el Alto. Entre las dos torres se fue formando un poblado al que llamaron Cadalso [cita requerida].
Aunque Cadalso ha sido asiento de pueblos y civilizaciones desde la más remota antigüedad, ningún pueblo debió apreciar tanto como los árabes la belleza de estas tierras, y quizás por ello, levantaron numerosas fortalezas defensivas como la Almenara, cercana a la villa, y otras muchas en la Sierra de Gata, sirvan como ejemplo las fortalezas de Eljas, Santibáñez, Trevejo,... Herencia de esta época es también el cultivo de la vid y el olivo, construyéndose entonces los primeros molinos y almazaras junto al río y arroyos.
Posteriormente, estuvo relacionado muy directamente con la encomienda de Santibañez el Alto. Alrededor del siglo XI consiguió el título de villazgo pasando a ser independiente de Santibañez previo pago de 1500 ducados.
El siguiente hecho histórico destacable fue la residencia que estableció en Cadalso Alfonso XI durante sus cacerías por la comarca; en la esquina de la plaza con la calle del Chorro, se alza aún la Casa del Rey. En su Libro de la montería describe el cercano monte de la Aliseda, apenas a una legua, bueno de jabalíes en invierno y en verano, y donde a veces hay osos.
La tradición oral sobre el monarca recuerda que aquí se encontraba el rey con su imprudente amor, Doña Leonor de Guzmán, antes de partir para la histórica Batalla del Salado).
Fue declarada villa exenta el 10 de abril de 1341 pasando al fuero de Alcántara.
En 1591, Felipe II convirtió a Gata en cabeza de partido sustituyendo la preeminencia de Santibañez. En 1626 continuó en el señorío alcantarino hasta el fin del régimen señorial en 1811.
Los frutos que se recogen por aquella época son centeno, lino, linaza, frutas, hortalizas, vino, aceite, castañas, tala de madera, miel y cera.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, Partido Judicial de Gata3 que en el censo de 1842 contaba con 140 hogares y 767 vecinos.
POBLACION.
Como se puede ver en el gráfico adjunto, la población de Cadalso durante la primera mitad del siglo XX fue creciendo paulatinamente hasta alcanza su máximo histórico con 1017 habitante en los primeros años de la década de los sesenta. Para a partir de esa fecha comenzar a pardee4r población como consecuencia de la gran emigración que sufrió Extremadura en los años 60 y 70.
Al terminar el mencionado siglo su población alcanzaba solo eran 587 habitantes, habiendo seguido perdiendo población durante los primeros años del siglo XXI hasta llegar a 2016 con solo 458 habitantes y una densidad debido a su pequeña extensión de 69 hab/km2, muy superior a la media de la Región.
PATRIMONIO.
Dos importantes edificios artísticos tienen Cadalso. La Iglesia de la Concepción y la Ermita del Cristo. La primera fue construida durante los siglos XV y XVI, trabajando en ella el Arquitecto de la Orden de Alcántara, Pedro de Ibarra. Excepto la fachada de los pies construida en granitos, toda la obra está hecha en mampostería.
Del conjunto destaca precisamente la mencionada fachada, un impresionante lienzo de sillares perfectamente encuadrados rematados por una empadaña, con aspecto de fortaleza. Esta sensación se acentúa con la garita superior que acoge las escaleras de caracol para subir a la empadaña.
En el interior es de nave única, con tras tramos, cubierta con tejado de madera a dos aguas y cabecera con bóvedas de tercelete. Tiene la mencionada Iglesia un hermosos Retablo del siglo XVII, y aunque se desconoce el autor del mismo, se sabe que la pintura del conjunto es de Francisco Alonso Moreno. Además de dicho retablo, contiene otros cuatro pequeños retablos todos ellos del siglo XVIII.
La Ermita de Cristo, es una edificación de mampostería con refuerzo de sillares. A través de un pórtico se accede a su interior, de nave única, con tejado de madera a dos aguas y cabecera de bóvedas de aristas.
FIESTAS.
En Cadalso se celebran las siguientes fiestas locales:
GASTRONOMIA.
Entre los productos típicos de Cadalso se encuentran el vino de pitarra, derivados de la matanza extremeña, el queso de cabra y las aceitunas. Entre los platos y dulces típicos del municipio destacan las migas extremeñas, la ensalada de limones, los buñuelos y las floretas.9
CACHORRILLA.
Cachorrilla es un pueblo de la provincia de Cáceres, situado en la comarca del Alagón, perteneciente a la Mancomunidad de la “Rivera de Frenedosa”, y al Partido judicial de Coria. Con una extensión de 41,4 km2, dista 78 km. de Cáceres capital.
POBLACION.
Desde la antigüedad, Cachorilla siempre estuvo muy despoblada, así al comenzar el siglo XX su población solo eran 425 habitantes, alcanzado su máximo histórico en los años cincuenta, comenzando a partir de esos años a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura en los años sesenta y setenta. Igualmente, en los primeros años del XXI ha seguido perdiendo población, llegando a 2016 con tan solo 90 habitantes, y una densidad de 2,44 hab/km2, una de las más baja de la Región.
HISTORIA.
Al ser conquistada Extremadura, el actual termino de Cachorilla, paso a depender de la Orden Militar de Alcantara, por ello lleva el símbolo de la Orden Alcantarina en su escudo.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, Partido Judicial de Coria3 que en el censo de 1842 contaba con 80 hogares y 438 vecinos.
MONUMENTOS.
El edifico de mayor interés de la localidad, es la Iglesia de San Sebastián, construida en el siglo XVI de mampostería de pizarra con refuerzo de cantería. El exterior se ha cubierto en época actual con cemento que imita a cantería, mientras que el interior está cubierto de un enjalbegado de cal.
La torre esta adosada a su cabecera. Tiene el edificio dos portadas: la del oeste de medio punto y que actualmente se encuentra tapiada y la del Sur, con arco apuntalado, sobre un pequeño pórtico de medio punto.
Su interior es nave única. La cubierta es de madera a dos aguasen la nave de cañón con lunetos en el primer tramo de la cabecera y de cañón en el segundo.
Del contenido de la Iglesia es de destacar el retablo dieciochesco que preside la cabecera. En él se representan los cuatros evangelistas, San Pedro y el Padre Eterno.
FIESTAS.
El Patrón del Pueblo San Sebastián que se festeja el 20 de febrero.
91 611 14 07
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Miércoles:
De 18:00 a 20:00 pm
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