CABRERO.
Cabrero es un municipio perteneciente a la provincia de Cáceres. Con una extensión de solo 7 km2, está situado a 110 km. de la capital de la provincia, en la Mancomunidad del Valle de Jerte y pertenece al partido Judicial de Plasencia.
HISTORIA.
El origen de esta localidad es dudoso, pues hay quien dice que procede del vecino Piornal y quien dice que se formó a partir de la trashumancia. Sin embargo, se sabe que Cabrero se fundó en la Alta Edad Media y que existía antes que Piornal, siendo su nombre más antiguo conocido Las Casas del Cabrero.2
En el siglo XIV, Alfonso XI de Castilla, en su libro de monterías, dijo que en el pueblo había osos, jabalíes y un tipo de cabras salvajes. En 1395 el pueblo no tenía más de 150 habitantes.2
Durante siglos perteneció a Piornal, hasta que en 1791 los cabrereños acudieron a los tribunales de Plasencia para reclamar su independencia. Durante la Guerra de la Independencia Española, los cabrereños suministraron cebada, trigo y carne a las tropas españolas.2
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Plasencia.3 En el censo de 1842 contaba con 86 hogares y 470 vecinos.4
Durante la Guerra Civil Española, vivió en Cabrero uno de los maquis más famosos de Extremadura, tío Félix "el Ligero".
POBLACION.
Desde siempre Cabrero tuvo poca población, pero durante la primera mitad del siglo XX su población casi se duplico, pasando de los 408 habitantes que tenía a comenzar el siglo a los 761 al terminar la década de los cincuenta, comenzando a partir de entonces a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura principalmente durante los años sesenta y setenta del siglo pasado. Durante los primeros años del siglo XXI ha seguido perdiendo población, así en 2016 contaba con tan solo con 359 habitantes, a pesar de ello, debido a su pequeño termino municipal su densidad era de 51,3 hab/km2, el doble de la media de Extremadura.
MONUMENTOS.
El único edificio de interés artístico de Cabreo es la Iglesia de San Miguel. De cronología constructiva amplias, puede situarse entre los siglos XVI y XVIII. Realizada en mampostería, con refuerzo de cantería y contrafuertes. De su exterior destaca la sacristía adosada a la cabecera, en el lado del evangelio; la espadaña, en la fachada de los pies; los dos contrafuertes por lado y las dos portadas de acceso. La del evangelio, adintelada y la de la epístola, con arcos de medio punto, con inscripciones ambas.
Su interior de nave única, dividida en dos tramos de diferentes longitudes por arcos de medio punto. La cubierta a dos aguas es moderna ya que sustituyo a la de madera. Igual ocurre con el coro actual, situado a los pies. estaca en ella la talla de Sana Miguel del siglo XVIII, el crucificado de la cabecera y las tallas del Nazareno y la Virgen.
FIESTAS.
CABEZUELA DEL VALLE.
Cabezuela del Valle es un municipio de la comarca del Valle del Jerte en la provincia de Cáceres, comunidad autónoma de Extremadura, perteneciente a al partido Judicial de Plasencia. Con más de 2000 habitantes, es el municipio más poblado de la comarca y la capital administrativa de la Mancomunidad Valle del Jerte.
El pueblo de Cabezuela del Valle se sitúa en la N-110, entre Navaconcejo y Jerte y por el pueblo pasa el río Jerte. Su altitud es de 515 msnm. Y dista 119 km. a la capital de la provincia. En el término municipal se encuentran los restos del despoblado de Vadillo.
Con una extensión de 64,7 km2, limita al norte con Hervás, al sur con Piornal, a este con Jerte y al oeste con Navaconcejo.
HIDROGRAFIA Y CLIMA.
Prácticamente todo el término municipal se encuentra en la cuenca hidrográfica del río Jerte, afluente del río Alagón que nace en la vecina localidad de Tornavacas y desemboca cerca de Galisteo. A su vez, el río Alagón es afluente del río Tajo. El principal afluente del Jerte en Cabezuela es la garganta de los Infiernos que desemboca en el límite municipal entre Cabezuela y Jerte. No hay embalses artificiales en el municipio.11
Según la clasificación climática de Köppen, el clima es templado con verano seco y cálido. En el valle del Jerte, las precipitaciones medias anuales varían entre los 1000 y 1500 mm. La temperatura aumenta notoriamente entre los meses de mayo y agosto, lo cual va acompañado de un descenso de precipitaciones que provoca que los meses de julio y agosto sean secos. Enero y diciembre son los meses en los cuales hay menor temperatura.11
HISTORIA.
Desarrolló verticalmente su urbanismo, desde un breve cerro en el que se fundó, en tiempos medievales, el primer núcleo poblacional La Aldea. Luego fue descendiendo por las laderas hasta detenerse en los altos bordes del Jerte, límite natural del caserío. Éste resulta muy pintoresco, con calles repinadas, vías laberínticas, callejones umbríos (calleja de la Cárcel o el Portal Viejo) que evocan su diseño medieval.13
La actual villa de Cabezuela del Valle perteneció en el Antiguo Régimen al sexmo de Plasencia, y estaba dividida en dos poblaciones: Cabezuela y Vadillo. La primera se corresponde con el actual casco antiguo y la segunda se corresponde con un área actualmente semiurbanizada al noreste de la localidad.
Cabezuela contó en la Edad Media con una importante comunidad judía, que tuvo categoría de aljama y considerable poder económico.14 En el siglo XV se les quedaba estrecho el sitio, por lo cual algunas familias se mudaron a localidades cercanas como Jerte o Tornavacas.14 En 1491 los Reyes Católicos les concedieron la facultad de ampliar la aljama pero, antes de transcurrido un año de la autorización, tuvieron que optar entre la conversión forzosa o dejar sus viviendas recién adquiridas para marchar al exilio definitivo, obedeciendo el Decreto de Expulsión de 1492.14 Sobre la sinagoga se edificó la iglesia de San Miguel.14
En 1662, como consecuencia de los problemas económicos de la Corona, las hasta ahora aldeas placentinas Cabezuela, Losar, Robledillo, Atalayuela, Toril y Majadas se constituyeron en villas mediante su venta al marqués de Serra. Las autoridades placentinas ejercieron su derecho de tanteo ante el Consejo Supremo de Hacienda y Cabezuela siguió perteneciendo a Plasencia, aunque ahora con el título de villa.15
La Guerra de Restauración portuguesa afectó negativamente a la economía de la villa, que en el siglo XVII era una de las poblaciones más prósperas de la zona. En 1674, la crisis económica dio lugar a una polémica sobre cómo debía repararse la iglesia de la localidad, que amenazaba ruina como consecuencia de su antigüedad y de los recios temporales que se habían producido. Poco antes de esto, en 1660 se había hundido la ermita de Nuestra Señora y tuvieron que reconstruirla los vecinos con las limosnas.16Entre 1681 y 1683 se hizo el actual retablo barroco de la iglesia de San Miguel.17
Durante la Guerra Peninsular, el 14 de abril de 1810 las tropas napoleónicas invadieron la villa entrando por el puente del norte, saqueando durante dos horas la población y matando a dos vecinos. Al intentar salir de la villa yendo hacia el puerto de Tornavacas, una tropa formada por fuerzas regulares españolas, guerrilleros y vecinos atacó a los franceses, dejando quince militares napoleónicos muertos y cuatro heridos. Ante la posibilidad de que los franceses quemaran Cabezuela en venganza como habían hecho el año anterior en Jerte, se envió desde Coria a cien soldados para proteger la villa. Este refuerzo militar impidió que el ejército francés volviese a atacar Cabezuela.18
Frente a la buena defensa que se hizo de la villa de Cabezuela, la vecina localidad de Vadillo corrió peor suerte, pues en 1808 fue devastada por los franceses y quedó reducida a diez casas, quedando la localidad al borde del abandono.19 El hecho de que Vadillo era el lugar más palúdico del valle influyó para que no se reconstruyese debidamente tras su destrucción.20
El 27 de mayo de 1823, en los últimos momentos del Trienio Liberal, se produjo una batalla entre liberales y absolutistas en las calles de la villa de Cabezuela, en la cual la victoria absolutista provocó el levantamiento de Plasencia contra el régimen constitucional dos días después. En aquella época, la vecina localidad de Vadillo era ya un lugar casi abandonado.21
La muerte de Fernando VII provocó la caída del Antiguo Régimen en España y ello dio lugar a la creación de los municipios modernos. A pesar de la escasa distancia entre Cabezuela y Vadillo y de la escasa población de este último, ambas poblaciones constituyeron cada una un municipio constitucional, dentro del partido judicial de Plasencia.22 No obstante, el municipio de Vadillo tuvo una duración escasa, ya que en 1837 el pueblo fue abandonado por sus vecinos como consecuencia de la Primera Guerra Carlista.19 En Cabezuela hubo varios incidentes durante esa guerra, pues en diciembre de 1833 hubo un tiroteo nocturno entre absolutistas y liberales y en 1834 se produjo un alzamiento carlista en el municipio.
POBLACION.
Durante la primera mitad del siglo XX la población de Cabezuela aumento notablemente pasando de los 1.820 habitantes que tenía a comenzar el siglo, a los 2.820 (su máximo histórico) a principios de la década de los sesenta, comenzado a partir de ese momento a perder población, como consecuencia de la gran emigración que sufrió Extremadura en la mencionada década y la siguiente. Al terminar el siglo sus habitantes eran 2.375, manteniendo dicha población durante los primeros años del siglo XX, como lo demuestra que en 2016 su población fuera 2.335 habitantes y su densidad 41 hab/km2, muy superior a la media de la región.
PATRIMONIO.
Su casco histórico rompe la estructura lineal de las demás villas, y presenta una forma urbanística triangular. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico. La calle principal está constituida por una vía paralela al río, dividida en tres tramos: calle del Puente, la Plaza y calle del Hondón, en cuyo extremo se levanta un artístico crucero. En esta calle tienen asiento los edificios de mejor porte, bastante de ellos con fachadas de sillares, en las que se exhiben escudos nobiliarios, símbolos, anagramas y leyendas pías. La renovada Casa Consistorial tiene una hornacina en su balcón donde se hospeda el busto de un insigne cabezueleño, José María Muñoz, filántropo famoso en la anterior centuria. El Ayuntamiento se corona con esbelta espadaña relojera. Llaman la atención los amplios soportalamientos que se desarrollan en uno de los laterales de la Plaza. Al resguardo de los profundos portales se celebran animados mercadillos cada viernes.13
La iglesia de San Miguel Arcángel es una iglesia parroquial católica en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Diócesis de Plasencia, Arciprestazgo de Cabezuela del Valle.53 Se encuentra asentada sobre el solar de la que fuera sinagoga de los hebreos, donada por merced regia al concejo cabezueleño en 1494. Posee una sola nave dividida a su vez en cuatro tramos. Su aspecto robusto está reforzado por cinco contrafuertes al exterior que, en el interior, se corresponden con arcos fajones. Con coro a los pies y un precioso retablo barroco en la cabecera completamente dorado, que posee una gran calidad artística, y se debe al entallador castellano Juan de Arenas, realizado entre los años 1681-1683. Los dos accesos son bastantes sobrios, sin apenas decoración. La torre de campanas adosada a la construcción es más antigua que el resto de la obra.54
Otras construcciones religiosas son las ermitas, todas pertenecientes al período barroco (siglo XVIII). La más importante, tanto por su riqueza artística como por la devoción de las gentes de Cabezuela, es la de su patrona: La Virgen de Peñas Albas. Destaca en esta ermita el retablo, las pinturas de la bóveda y la propia imagen de la Virgen. La arquitectura exterior es bastante sobria.
FIESTAS.
Dentro de las fiestas populares es interesante destacar: «El Santo Encuentro», «Jesús Resucitado», «El Aleluya», se encuentra con su madre «La Virgen de los Dolores», justo antes de quemar a Judas. Y «La Quema del Judas», monigote relleno de paja, pólvora y petardos, que es paseado por todo el pueblo. Se le prende fuego el Sábado de Gloria a las doce de la noche en las orillas del Jerte.55
Las principales fiestas del municipio son:
CABEZA DE VACA.
Cabeza de Vaca es un municipio de la provincia de Badajoz, que con una extensión de 64 km2, dista 122 km. a la capital de la provincia y solo 110 km. a Sevilla. Pertenece a la mancomunidad de Tentudia y al Partido Judicial de Fregenal de la Sierra.
Está ubicado al sur de la provincia, en medio de un pequeño valle de las estribaciones occidentales de Sierra Morena, en el macizo de la Sierra de Tentudía, por ello su geografía es montañosa, con cotas que superan los 1000 m., no es casualidad que Cabeza la Vaca sea la población a mayor altitud de la Baja Extremadura.
Este municipio lo encontramos entre campos de encinas, olivos, castaños, rodeado de sierras que definen su entorno natural y la forma de vida de muchos de sus habitantes.
El clima es mediterráneo, como su vegetación, pero claramente matizado por el clima atlántico, manifiesto sobre todo en invierno, estación en la que se recogen las lluvias más elevadas (850 mm. de pp. de media), en unas precipitaciones serenas, con escasos episodios violentos. Prueba del matiz atlántico es la presencia en la vegetación de robles y castaños. En verano las temperaturas son altas, típicas del clima mediterráneo, pero las auras atlánticas hacen su presencia refrescando las noches, que junto a la altitud mitigan bastante los rigores de la canícula. Forma, junto con otros 8 municipios, la comarca de Tentudía, denominada así por la existencia del Monasterio de Tentudía en la cima del monte de igual nombre, que con sus 1.104 metros de altitud es el techo de la Sierra Morena extremeña y por tanto, el más elevado de la provincia de Badajoz. Pertenece al Partido judicial de Fregenal de la Sierra.
A pesar de ser un pueblo inmerso en plena sierra no es difícil acceder a él, pues sólo a 15 km en dirección este se encuentra la autovía de la Plata A-66 (antigua carretera Nacional N-630 o Vía de la Plata). La fisonomía de Cabeza la Vaca está a caballo entre la arquitectura extremeña y la andaluza: calles estrechas y empinadas, con fachadas encaladas y tejados marrones de tejas árabes, que confluyen en pequeñas plazas remozadas con gracia y adornadas en ocasiones por curiosos monumentos, como la “Cruz del Rollo”, o pintorescas fuentes y pilares con abundante agua, testigos, algunos de ellas, de la historia de la villa. Todo ello nos hace recordar la influencia de la vecina Andalucía, conjugándose a su vez con la sobriedad y la austeridad extremeña.
HISTORIA.
Su origen se encuentra en una villa romana del s. II d. C. cuya ocupación se perpetuó transformada en vicus visigodo, momento de su máximo esplendor entre los siglos V y VI, hasta alcanzar en el período califal (s. X), momento en que sucumbió en el azaroso período de luchas protagonizadas por los rebeldes muladíes y mozárabes de la región de Laqant (Fuente de Cantos) y el levantisco Ibn Marwan, fundador de Badajoz en el 875. La pacificación llevada a cabo por Abderramán III, desde el 930, supuso la eliminación de estos pequeños núcleos, refugios de rebeldes frente al poder de Córdoba. Tras la reconquista hacia 1247, quedó dentro de la encomienda de Montemolín, donada a la Orden de Santiago en 1248; el solar de la antigua villa fue repoblado a partir de 1274, a raíz de la concesión del fuero de población a Segura de León, en cuya encomienda se encontraba. El nombre del pueblo se desconoce a qué se debe, descartado como queda el Maestre Cabeza de Vaca (1383), de existencia muy posterior; ya en 1330 hay constancia en las fuentes históricas escritas de encontrarse poblado el núcleo; en el Libro de Montería de Alfonso XI, antes de 1350, aparece la villa como potencial fuente de personas para las vocerías en el cazadero del Castaño. No empecé ello para que cualquier otro de los primeros vecinos aquí establecidos se apellidara Cabeza de Vaca y bautizara la población con su apellido; no extraña, pues otros primeros establecidos dejaron antropónimos en el término: así Martín Gil dio nombre al arroyo que cruzaba sus posesiones, o los apellidos Polaíno y Quiciales designan los cerros y puerto de montaña donde tuvieron sus propiedades. En 1430 se produjo un brote de peste en la Comarca, según cuenta el cronista Andrés Bernáldez, y muchos vecinos de ella se refugiaron en esta población; el episodio fue de tal virulencia que despobló el lugar de Aguilarejo, a legua y media de Fuente de Cantos, y cuyos habitantes se salvaron al trasladarse a Cabeza la Vaca, aporte demográfico fundamental para el pueblo, que vio crecer su vecindario y su casco urbano. Desgraciadamente, el yacimiento de la villa romana puesto al descubierto a causa de unas obras ha sido destruido al prevalecer los intereses políticos y personales por encima del patrimonio histórico común, con lo que se ha lastrado parte de la Historia Regional y Comarcal, dejando en entredicho la defensa y protección de los vestigios históricos por parte de los Responsables correspondientes. Entre los restos arqueológicos conservados, está un ara votiva dedicada a Ataecina, asociada a un lugar de culto de esta diosa, relacionado con un monte, un bosque sagrado y un manantial cuyas aguas hoy día surten una fuente pública. En lo administrativo, judicial y eclesiástico estuvo comprendida en la Provincia de León, que la Orden de Santiago tenía en Extremadura. Dentro de esta demarcación, conformaba con otras cuatro villas vecinas la Encomienda Mayor de León, hasta el siglo XIX, cuya capital estaba en Segura de León. Eclesiásticamente, pertenecía al Priorato de San Marcos de León, de la Orden Santiaguesa, y más concretamente al Provisorato de Llerena, circunstancia esta que en 1871 hizo que fuera villa cismática durante varios meses cuando el cisma de Llerena, ya que entonces su párroco, Manuel Gallego, era arcipreste comarcal. El Cisma se produjo cuando se planteó la incorporación lógica a la Diócesis de Badajoz.
La historia de este pueblo transcurre como la mayoría de los pueblos extremeños, entre pleitos y disputas por el reconocimiento de su independencia administrativo-judicial y la defensa de su terruño, envuelto en litigios de pastos y baldíos comunes, que consumieron gran parte de la riqueza y el esfuerzo municipal. Destaca el siglo XVII donde se dieron los momentos más tensos de esta lucha local por el control del Concejo.
La nota más sobresaliente es la figura de Diego María de la Tordoya, hijo del pueblo que, tras participar en la Guerra de la conquista de Granada, embarcó con Colón en 1492, convirtiéndose en codescubridor del Nuevo Mundo. Murió allí, en el Fuerte Navidad. La estela de Tordoya fue seguida durante el siglo XVI y XVII por un nutrido grupo de paisanos cuya riqueza dejarían testificada en obras suntuarias o financieras, caso de alguno que al volver destinó parte de sus caudales para hacer préstamos a concejos.
El siglo XVII fue una centuria crítica que postró a la villa económica y demográficamente. La Guerra con Portugal, la presión de los impuestos y el mantenimiento del ejército provocaron una salida de gente del pueblo hacia Andalucía, buscando paz y tranquilidad, situación a la que coadyuvó las ambiciosas oligarquías locales, esquilmadoras de las arcas concejiles. Destaca la familia Carvajal cuyos miembros controlaron el ayuntamiento y algunos de sus miembros tuvieron sometido al pueblo a su tiranía en las primeras décadas del siglo XVII. De funesta memoria es Rodrigo de Carvajal, cuya vida acabó el cadalso en 1612. El siglo XVIII comenzó mal con la Guerra de Sucesión y la guerra con Portugal provocando una nueva crisis. A finales de siglo la población se mostraba decaída. De todas formas, su independencia jurisdiccional se vio reconocida hacia 1734, fruto de ello es el airoso Rollo que se erige en la plaza mayor, testimonio de su autonomía jurídica. Este afán renovador se mostró también en la construcción de una nueva plaza, un nuevo ayuntamiento y cárcel pública, así como una torre para alojar el reloj de la villa. El siglo XIX comenzó también mal, con la Guerra de la Independencia y el saqueo a que fue sometida la villa en 1811, quedando a los vecinos sin alimentos. Posteriormente, con las nuevas leyes desamortizadoras y el nuevo estado liberal se inició poco a poco una recuperación económica y demográfica. Los repartos de tierras comunales hacen que en 1827 se muestren las mejoras económicas y demográficas, inmediatamente lastradas por el aumento de jornaleros con escasas salidas laborales, tónica que se mantendrá hasta mediados del siglo XX, cuando la emigración hacia otras zonas más prósperas palió la presión social, mejorando la calidad de vida paulatinamente con la Democracia. En 1755, se hundió parte de un monte, la Buitrera, y salió gran cantidad de agua durante varios días, fenómeno que sobrecogió a la población, al fin de los cuales se recogieron las aguas y no ha vuelto a manifestarse el fenómeno. El asunto parece estar ligado al mundialmente conocido Terremoto de Lisboa, el 1 de noviembre de 1755, que bien en el mismo momento o en algunas de sus réplicas alumbraron una bolsa de agua contenida en el seno de la montaña. De todas formas, las urgencias de agua se han producido hasta hace poco, durante inviernos lluviosos, con varios géiseres de la altura de un olivo. El sitio más exacto se denomina Hueco de la Buitrera. Otro testimonio del momento del terremoto lo da el párroco del pueblo que el 1 de noviembre de 1755, encontrándose dentro de la iglesia y junto a los otros curas vieron temblar las imágenes del altar mayor y fuera observaron cómo temblaba la torre de la iglesia. Otro fenómeno natural, más reciente, a comienzos del s. XX, se produjo en Las Murciélagas, en la Sierra de la Pedrera, término del pueblo, y fue el hundimiento en la tierra de un caballo. La cosa obedeció a ser una zona calcárea, llena de formaciones kársticas, donde han sido frecuentes los hundimientos, dolinas, que parece ser este caso. El lugar exacto es el conocido Cercado del Comandante. Curiosidad es que el abuelo materno de Zurbarán, Andrés Márquez, fue natural de Cabeza la Vaca, que por motivos desconocidos se había trasladado a Fuente de Cantos en fecha también ignorada.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, entonces conocida como Cabeza de Vaca. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Fregenal de la Sierra.1 En el censo de 1842 contaba con 346 hogares y 1320 vecinos.2
POBLACION.
Durante la primera mitad del siglo XX la población fue creciendo paulatinamente, pasando de tener 2.963 habitantes a comenzar el siglo alcanza su máximo histórico en la década de los sesenta con 3.720 habitantes, comenzando a partir de esa fecha a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura a partir de la mencionada década. En 2015 su población solo alcanzaba los 1391 habitantes y su densidad era de 21,9 hab/km2, un poquito inferior a la media de la Región que se situaba en los 26 hab/km2.
PATRIMONIO.
El monumento más destacado de Cabeza de Vaca, es la Iglesia de Ntra. Señora de los Ángeles que se encuentra en la misma plaza del pueblo. La obra originaria del siglo XV, aunque transformada después, está fabricada de mamposterías y sillares, presentándose los parámetros encalados en algunas zonas.
Una pequeña torre, concluida en el siglo XVIII, aparece en la fachada de los pies. Sobre un lienzo de cantería se abre la fachada principal, cuya estructura consiste en un arco de carpanel bajo otro de medio punto, constituido por un baquetón. La del Evangelio es de tosca factura granítica, queda formada por un arco de medio punto sobre pilares cuadrados, al que encierran u fuerte alfiz. La del lado de la epístola se trata de un arco apuntalado con arrabá, encalado en parte que se cobija bajo un somero atrio de sabor popular.
En este municipio también nos encontraremos con la cruz de la Fuente de Abajo, 1559, de estilo tardo gótico; la cruz de la calle Tordoya o de La Cuesta, curioso crucero reinterpretado de antigua picota, reaprovechando sillares y columna tardo romana; el rollo en la plaza de España (s. XVIII); la Plaza de toros, arquitectura popular (s. XIX); la Fuente del Coso, lápida romana votiva (s. III d. C.); fuente del Rollo, 1885; Torre del Reloj, 1770; fachada del antiguo ayuntamiento, arquitectura popular (s. XVIII).
El monumento por excelencia, tras su declaración como tal por la Junta de Extremadura, es la Plaza de Toros, fruto de la afición taurina que hay en este pueblo, y que se documenta desde el siglo XV. Tras haberse celebrado corridas y juegos con toros en distintos sitios de la villa, en el siglo XIX se erigió el coso actual con la colaboración de los vecinos, por ello su estilo arquitectónico es popular, macizo, abaluartado, con graderío y burladeros semi-excavados en la roca
Aunque no es un monumento físico, el lugar rústico de la Pisada del Caballo obedece a una leyenda conservada en el pueblo, dice que estando guerreando las tropas cristianas con los moros, en tiempos de la Batalla de Tentudía, el Apóstol Santiago se puso al frente de las milicias de la Cruz, y en estas lides, el blanco corcel del Santo pisó en una roca donde dejó grabada la herradura y uno de los clavos perforó la roca por donde salió agua. El manantial existe, tiene forma de herradura y el agua que fluye es ferruginosa. Se encuentra cerca de la población, en la ribera del arroyo de Martín Gil, en las faldas del cerro de la Butrera, un monte de 1.032 metros de altitud, donde en plena Guerra Civil, en abril de 1937, un avión alemán se estrelló en la montaña al estar cubierta por la niebla. Existe una construcción en el lugar del accidente en recuerdo del hecho.
FIESTAS y COSTUMBRES.
Las Fiesta patronales de San Benito, el día 11 de julio y próximos, destaca las corridas de toros; la Santa Cruz, 2 y 3 de mayo, destaca la Velada de la Cruz en la madrugada del día 3, con fuegos artificiales, adorno de cruces en las calles y pasacalle musical por las diferentes cruces. La Virgen de Agosto, el día 15 de dicho mes, con verbena y corrida de toros. Romería de San Isidro, el 15 de mayo, fiesta campestre con recorrido previo por caminos, en monturas y carrozas, música y concursos. De reciente creación es la Feria de la Castaña, cuya fecha de celebración es a comienzos del mes de noviembre; aprovechando la recolección de las castañas se organiza una feria donde se ofertan los productos típicos del pueblo: embutidos y salazones, vino, dulces, frutas..., a lo largo de varios días.
La quema del Judas: tiene lugar el Domingo de Resurrección, tras la Misa Mayor, un muñeco relleno de paja y pólvora, simulacro del discípulo traidor, es paseado por el pueblo y llevado a la plaza mayor donde tras un sumario juicio lleno de burlas y escarnios, es sentenciado a muerte, una vez colgado, se le prende fuego, mientras los asistentes contemplan como las llamas y las explosiones consumen el muñeco que cada año es caracterizado de algún personaje famoso de la televisión o del artisteo que a juicio del pueblo merece ser condenado.
La ensalada de Papas: originalmente era de habas secas; actualmente es de patatas, que, tras aderezarlas convenientemente, conformaban un plato gastronómico el día de Santa Ana (26 de julio) que las mujeres ofrecían a los hombres cuando volvían del trabajo en el campo. Hoy día se ha convertido en un día de gira con los amigos y la familia a los sitios donde poder disfrutar del agua y la comida.
A los naturales de este pueblo le apodan "brujos" los otros pueblos vecinos debido a la existencia a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX de dos o tres mujeres con capacidad para conectar con los difuntos, con escasa fortuna y mucha ignorancia. Lo paradójico es que los que así los motejaban eran los mismos que desde otros pueblos venían a consultar a estas visionarias. Todo queda en el folclore.
CABEZA DEL BUEY.
Cabeza del Buey es un municipio de la provincia de Badajoz, situado en la comarca Extremeña de la Serena. Con una extensión de 475 Km2, pertenece al Partido Judicial de Castuera y dista 188 km de la capital de la provincia.
Se asienta en la ladera norte de la sierra del Pedregoso, (estribación de Sierra Morena) que cruza su término municipal de Este a Oeste con 18 kilómetros aproximadamente y de Norte a Sur con más 35 km de longitud y a la ribera del Zújar, que separa esta localidad de Andalucía. La sierra del Pedregoso forma una cadena montañosa con elevaciones de importancia, como la de Tiros (957 msnm), sierra de la Rinconada (844 m), Collado de la Nava (831 m), Majada de las Vacas, Majada de la Peña (895 m), Cruz del siglo XX (866 m) y Almonacid. Su situación estratégica es de primer orden, puesto que se sitúa al Este de Extremadura y a escasos kilómetros de Andalucía y Castilla la Mancha. Su enclave estratégico ha sido un referente en la comunicación por vía férrea para las comarcas de La Serena, La Siberia y Los Pedroches, esta última en la provincia de Córdoba. Su casco urbano supera las 140 ha convirtiéndose en el más extenso de toda la zona de La Serena y la vecina Siberia. Igual sucede con su término municipal, que es también el más extenso de las dos comarcas y ocupa el quinto puesto de toda la provincia.
Junto con Villanueva, que constituye su puerta occidental y Castuera, que se sitúa en el centro del territorio, Cabeza del Buey determina el tercer gran hito de articulación de los amplios dominios de la Serena.
HISTORIA.
Durante la primera treintena del siglo XX, se llevaron a cabo pormenorizados estudios de la época paleolítica, y gracias al abate francés Henry Breuil, la población de Cabeza del Buey le debe coger a clérigo que hoy se conozca su añejo pasado histórico. Puesto que la comarca, y desde los tiempos más remotos, la habitaron los primitivos íberos que dejaron la huella de su paso, debido a la abundancia de cuevas naturales que les proporcionaron un hábitat adecuado para resguardarse de las inclemencias climáticas y cubrir sus necesidades primarias en los entornos cercanos a sus asentamientos. La abundancia de cuevas, refugios naturales y pinturas rupestres que existen en las sierras de Cabeza del Buey son el reflejo fiel de que estas tierras estuvieron habitadas por moradores desde la prehistoria. A nuestros días han llegado vestigios del hombre primitivo en Puerto Alonso, en el cerro Estanislao, en el valle de la Cueva y en el morro de la fuente del Peral. El último hallazgo encontrado ha sido en la sierra de la Rinconada, bautizado como el Abrigo del Águila.
Saltando a otras épocas, como son la del Neolítico, la Edad del bronce y la Edad del hierro, hay que establecer una fecha no concretada para comenzar la historia conocida de la comarca que debió de ser similar a los territorios del entorno. Como además de las pinturas rupestres existentes en los enclaves vecinos a Cabeza del Buey, existen vestigios de la época romana, (complejo termal de La Nava del siglo I).
Cuando en los primeros años del Siglo V se produce la invasión visigoda, Cabeza del Buey debería tener cierta importancia comercial y estar unida por calzadas de tránsito regular con los asentamientos romanos de Medellín y Mérida, entre otras poblaciones de la actual región extremeña. Pero si la Península Ibérica había experimentado un extraordinario desarrollo bajo el dominio romano, desarrollo que se frenó en la época visigoda hasta el siglo VIII.
Durante el periodo visigodo y en los años precedentes y posteriores al inicio de la Reconquista, la comarca de Cabeza del Buey irá perdiendo su importancia debido al aislamiento que se produce por los enfrentamientos militares fronterizos. Será a partir de 1212, y debido a la Batalla de las Navas de Tolosa cuando esa comarca emprenda su resurgir al incrementarse la presencia castrense de los tercios castellano-leoneses y la colaboración de las órdenes militares que operaban en Extremadura.
Después de estas fechas, y consolidada la Reconquista, toda la comarca de La Serena se verá sometida a una disminución de su poblamiento por estar cerca de la zona fronteriza entre cristianos y musulmanes. De todas formas, será a partir de la tercera década del siglo XIII cuando este núcleo urbano comience a conocérsela por el nuevo nombre de “CabeÇalbuey”; y por su desarrollo posterior que comienza en la primera mitad del siglo XIV, puesto que este poblado aparece mencionado en el Libro de la Montería de Alfonso XI. Parece ser que a partir de esas fechas, Cabeza del Buey ya empezaba a ser poblamiento de importancia en la comarca de La Serena.
En la lista del historiador Vicente Navarro del Castillo solamente aparecen 16 habitantes de Cabeza del Buey que concurrieron a la conquista americana; sin embargo, hay uno más que no aparece en la citada lista Pedro Blasco Martín y que fue el más significativo de todos los conquistadores de Cabeza del Buey, y uno de los más señalados guías que actuaron en la conquista y pacificación del Nuevo Reino de Granada (la actual Colombia). También participó la familia Lillo procedente de Francia ayudados de la familia Escudero, mandando las tropas Luciliano Escudero, llamado familiarmente "El Nani".
A partir de 1226 la zona quedará incorporada a los reinos Castellano-leonés gracias a la colaboración de los caballeros templarios.
Hay una bandera realizada según la norma que se dicta para las Milicias, el 13 de septiembre de 1820. Esta bandera está depositada en el Congreso de los Diputados y fue regalada por Diego Muñoz-Torrero.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en Municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Castuera.1 En el censo de 1842 contaba con 1368 hogares y 5395 vecinos.
POBLACIÓN.
Durante la primera mitad del siglo XX su población creció de una forma desordenada. Pues si al comenzar el siglo tenía 7.566 habitantes en tan solo 30 años (1930)casi doblo su población, hasta llegar a los 12.248, perdiendo con motivo de la Guerra Civil casi un millar de habitantes, manteniéndose en tono a los 11.500 hasta la década de los sesenta, que como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura en esa década y la siguiente fue perdiendo población hasta llegar a 2015 con tan solo 5.138 hab y una densidad de 11 hab/km2, menos de la mitad de la media de la Región.
MONUMENTOS.
El núcleo histórico del pueblo lo componen las calles próximas al ayuntamiento e iglesia parroquial, hospital Santa Elena, la actual plaza de la Constitución y la plaza de La Fuente en cuyo centro se encuentra situado un monumento emblemático del pueblo. En Cabeza del Buey se puede apreciar un claro estilo urbanístico radial, tomando como centro la plaza de la Fuente, de la que parten las principales arterias en las que desembocarán el resto de las vías secundarias. La avenida Ntra. Sra. de Belén, paralela al Parque Municipal, seguida de la calle La Cruz, que desemboca en la plaza de la Fuente, está considerado su centro neurálgico, donde se establecen la mayoría de centros comerciales, institutos y colegios, estación de autobuses, cines, cafeterías y restaurantes, oficinas bancarias, etc.
Parroquia de Nuestra Señora de Armentera.
Su construcción se debe a la poderosa Familia de los Rol. Asi se conserva en una inscripción en el muro del evangelio de la capilla mayor: “Esta Iglesia hizo el Comendador Rol, con peones que le dio el pueblo. Por su devoción también mando hacer el sagrario, el retablo los alteres y el órgano. Acabose el año MDXV”.
La antigua techumbre de madera que cubría las dos vertientes der la nave de la iglesia, sobre arcos muy apuntados, tuvieron que ser sustituidas después de la Guerra Civil por un sencillo encofrado de albañilería.
La que se denomina hoy Sacristía Eucarística, estaba decorada con un gran cuadro de la Santa Cena. Se trata de un espacio rectangular dividido en tres tramos y cubiertos con bóvedas de cañón sobre lunetos acodado al testero del templo.
El exterior de la Iglesia ofrece volúmenes de una gran simplicidad, con testimonios cronológicos de las diversas reedificaciones del siglo XVIII, como son la fachada del perdón de 1703 y la portada sur de 1861. Si bien cabe destacar sobre la sacristía, la galería de tres arcos con columnas de piedras que dialoga con las pétreas fachadas de similar disposición de edificaciones colindantes del XVI situadas en la plazuela de la Villa.
El pueblo cuenta también con varias ermitas y monumentos de interés histórico como:
Convento de Concepcionistas Franciscanas.
Martín Rol fue el fundador de dicho convento, escogió el sitio casi en medio de la villa y, después de vencer algunas dificultades con la compra de los terrenos, suficientes para la debida extensión de la obra, esta se comienza en 1517 y se termina cinco años después. Dispuso que vinieran cuatro sobrinas suyas como fundadoras; religiosas a la sazón en el convento de Santa Inés de Sevilla, de donde fueron traídas a Cabeza del Buey. Estas eran Isabel Rol, Mencía Rol, Catalina Rol y Elvira Hurtado; de las cuales, la primera entró siendo abadesa. Esto ocurría el 31 de mayo de 1523, asistiendo como visitador el Padre Fray Martín del Hierro, comisario visitador de Las Monjas de la Provincia de Santiago (a la que perteneció el convento durante algunos años.)
El mismo día el fundador, hizo donación de la hacienda necesaria, según consta en la escritura de Fundación y Capitulaciones del Convento, para veinte capellanías que habían de ser recibidas, parientas suyas, fuera de las extrañas que entrarán con dote, y a falta de parientas otras doncellas honestas y recogidas. El monasterio estaba concebido para treinta religiosas y tenía una extensión de 3025 metros cuadrados. Después de la muerte del fundador, ocurrida en 1533, ocho capellanas de aquí fueron a fundar otro convento a Trujillo, siendo el primer fruto de la fecundidad espiritual de éste Monasterio. En 1568 dos religiosas fueron a Medellín, como abadesa una y como provisora la otra.
En 1626, a petición del Ordinario de la Orden de Alcántara, a que estaba sujeto la provincia Franciscana, fueron enviadas cuatro monjas a fundar un nuevo Convento en Villanueva de la Serena, sede del prior de Magacela, con las anteriores ya son tres las fundaciones hechas por las religiosas del Convento de esta Villa. Sin duda, un Convento de los más importantes y antiguos de toda Extremadura.
Santuario de Nuestra Señora de Belén.
Declarado Bien de Interés Cultural por la Consejería de Cultura, y Patrimonio de la Junta de Extremadura (1990), es el Monumento Histórico-Artístico más importante de Cabeza del Buey y sin duda el más relevante de la Serena.
Situado a 11 km. del pueblo está formado por el llamado “Convento” edificación en torno a un reducido patio cuadrado, claustrado de doble galería sobre arquería apuntadas y pilares octógonos. Y por la Iglesia en cuya silueta predominan las ampliaciones llevadas a cabo durante la segundad mitad del siglo XVII y primeros años del XVIII, de forma barrocas que en la portada sur aparece de modelos hispanoamericanos.
En su interior, pinturas murales adornan bóvedas y parámetros del crucero, creando en la cúpula simulados baluartes a manera balconada a las que se asoman diferentes figuras a contemplar la Ascensión del Señor. Copia exacta de la decoración de la cúpula de la ermita de Nuestra Señora de la Consolación de Herrera del Duque.
Castillo de Almorchón.
Formidable castillo roquero, del que quedan en pie las ruinas de dos torres.
Sus orígenes se remontan a la época de los musulmanes. Tras la reconquista de la comarca de La Serena entre 1232 y 1236 por Fernando III, este emplazamiento fue entregado a la Orden del Temple, bajo cuyo dominio permaneció durante muy poco tiempo, ya que en 1309, el rey Fernando IV lo cede a la Orden de Alcántara. En lo alto del promontorio, aún persisten la torre del homenaje, de sección pentagonal y otra torre cilíndrica, derruida en su mitad oriental, ambas construidas en torno al siglo XV. Hacia el siglo XVI, el castillo cayó en abandono hasta la actualidad, en que se aprecia su estado de ruina secular.
FESTIVIDADES.
Cabeza del Buey cuenta con numerosas fiestas a lo largo de todo el año. Destacamos las siguientes: Cabalgata de Reyes, La Candelaria, Carnavales, San Vicente (coincidiendo con Pentecostés), San Roque y Feria y Fiestas de San Miguel con la Romería al Santuario de Nuestra Señora de Belén (27 de septiembre) que los antecede.
GASTRONOMIA.
La gastronomía caputbovense es sencilla, natural y acorde con los productos de la tierra. Las materias primas de alguna de sus especialidades salen del cordero, como las chuletas o calderetas; del cerdo, alimentado con bellotas; de los productos silvestres como los espárragos trigueros, cardillos, achicorias o criadillas de la tierra. El aceite de oliva, el cordero y el queso de la Serena están presentes en las cocinas de Cabeza del Buey, cuya calidad ha traspasado fronteras regionales y nacionales. Destacamos platos típicos como el gazpacho de invierno, paticallo, escabeches, ajo de coles, migas, salón de oveja, aceitunas en sosa y machás y dulces como borrachuelos y rosquillas.
A.E.A.
CABAÑAS DEL CASTILLO.
Cabañas del Castillo es un municipio español, en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Está formado por cuatro núcleos de población: Solana de Cabañas, Retamosa de Cabañas, Roturas de Cabañas y la propia Cabañas del Castillo. Todos ellos en el corazón de la Sierra de las Villuercas, de escarpados picos y angostos valles. El ayuntamiento de este municipio se encuentra en la localidad de Roturas de Cabañas.
Con un término municipal de 105,7 km2, se encuentra situado a 110 km de Cáceres capital en la Mancomunidad de la Villuercas y pertenece al Partido Judicial de Logrosan.
POBLACIÓN.
Durante la primera mitad del siglo XX, su población creció notablemente pasando de los 2.152 habitantes que tenía a comenzar el siglo, alcanzar su máximo histórico de 3140 en la década de los sesenta, comenzando a partir de esa fecha a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura durante esa década y la siguiente. Al terminar el siglo XX su población alcanzaba tan solo 528 habitantes, siguiendo perdiendo población durante lo primeros años del XXI. Así en 2015 su población solo era de 470 habitantes y su densidad de 4,35 hab/km2, una de las más baja de Extremadura.
HISTORIA.
En algunas cuevas villuerquinas se conservan restos de pinturas rupestres. De época tartesia (o mejor del Bronce orientalizante) se hallaron restos como es el de la estela de Solana. En el periodo de la invasión musulmana se construyó el Castillo de Cabañas original, el poblado y el castillo de Solana. Alfonso X vendió Cabañas a Trujillo en el siglo XIII con la condición del derribo del castillo y mantener el patronazgo real de las iglesias. Las iglesias de estos lugares conformaban la llamada Real Abadía de Cabañas. Enrique II concede al señor de Oropesa (más tarde conde de Oropesa) la Villa de Cabañas y su término en el siglo XIV.
La antigua Villa de Cabañas estuvo formada por Solana, Roturas, Retamosa, Cabañas (por entonces Cabañas de la Peña) y por Navezuelas y Medio Robledo (la mitad del hoy Robledollano era de Cabañas y la otra mitad de Deleitosa) además del desaparecido núcleo de Torrejón, cercano a Roturas de Cabañas.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional, entonces conocido como Cabañas en la región de Extremadura que desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Logrosán3 que en el censo de 1842 contaba con 185 hogares y 1013 vecinos.4
A principios del siglo XX5 disminuye el término del municipio porque independiza Navezuelas el 2 de abril de 1927. La pedanía de Solana también intenta segregarse y unirse a Berzocana el 6 de marzo de 1953, pero no lo consigue.
MONUMENTOS.
Iglesia parroquial católica bajo la advocación de Santa María de las Peñas, es una construcción rural donde, sin embargo, son patente los influjos mudéjares Guadalupense, sobre todo en la portada principal. La iglesia está fabricada con mampostería y ladrillo, y costa de una sola nave y cabecera poligonal algo más elevada, en el lado del evangelio se laza la torre de sección cuadrangular. La portada principal se haya en el lado de los pies, realizada en ladrillos y configuradas con arco de carpanel con baquetones de trazado gótico, se remata con una moldura conopial, cobijándose todo por un alfiz sencillo. Se completa la fachada con unas tongadas de ladrillo que se extienden entre la perta y las esquinas, las cuales también están construida a base de ladrillos vistos. Se data este edificio en torno a los últimos años del siglo XV y primeros del XVI.
El Castillo de Cabañas, se encuentra en la pedanía que da nombre al municipio, Cabañas del Castillo, son unas ruinas de un castillo en lo alto de las descarnadas peñas. De origen musulmán, fue más tarde remodelado y se constata su ocupación por las órdenes militares cristianas como fueron la Orden de los Caballeros de Truxillo y la Orden de Calatrava.
FIESTAS.
En el municipio se celebran las siguientes festividades:
BURGUILLOS DEL CERRO.
Burguillos es un pueblo de la provincia de Badajoz, que tiene una extensión de 187,5 km2 y se sitúa en el suroeste de la provincia, a mitad de camino entre Zafra y Jerez de los Caballeros, al abrigo de su poderoso castillo. Pertenece a la comarca de Zafra - Río Bodión y al Partido judicial de Zafra. Su distancia a la capital de la provincia es de 94 km.
Inmediato a la población, en un paraje de gran belleza natural, se encuentra un puente medieval de tres arcos y en la dirección contraria, la "albuera", erigida en el siglo XVIII por el obispo de Badajoz, Merino Malaguilla.
El pueblo fue un importante asentamiento de caballeros templarios durante el siglo XIII donde llegaron a tener su propio castillo.
POBLACION.
Durante la primera mitad del siglo XX, la población de Burguillo creció notablemente hasta llegar alcanza a finales de la década de los sesenta su máximo histórico con 8.099 habitantes, empezando a partir de esa fecha a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura principalmente durante los años sesenta y setenta. En 2015 sus habitantes solo eran 3.179 y como consecuencia de ellos su densidad era solo de 17hab/km2, inferior a la media de la región.
HISTORIA.
Burguillos nace de la unión de diferentes enclaves localizados en torno a las ermitas de San Coronado, San Vicente, San Lázaro, etc.
Tras la ocupación del territorio por la Orden del Temple en 1229, bajo cuyo dominio estuvo durante toda la Reconquista, el núcleo quedó incluido en el Bayliato de Jerez de los Caballeros.
Con la disolución de la Orden, Burguillos se convirtió en Señorío, pasando por numerosas titularidades hasta integrarse en 1393 como propiedad de Don Diego López de Zúñiga o Stúñiga, Señor de la Casa de Béjar, en cuya demarcación se mantuvo hasta el siglo XIX. En el siglo XVI, y bajo Doña Teresa de Zúñiga y Guzmán, conoció la Villa su mayor esplendor.
Durante las guerras hispano-portuguesas del siglo XVII y XVIII experimentó repetidos arrasamientos y otros avatares.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, entonces conocido como Burguillos. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Fregenal de la Sierra.1 En el censo de 1842 contaba con 850 hogares y 3080 vecinos.
MONUMENTOS. Castillo de Burguillos del Cerro: Siglo XIII.
Aunque es posible que con anterioridad existiese otra fortificación, el Castillo que hoy se conoce es obra cristiana, probablemente templaría. En bastión se erige en lo alto del berrocal y está compuesto de dos recintos concéntricos de planta cuadrangular construidos en piedras.
El exterior lo forman una barbacana almenada, y el interior presenta sendo cubos en dos ángulos y dos poderosas torres llamadas Parada y del Homenaje, esta última formada por dos cuerpos.
En el patio de armas se encuentra un aljibe y otras dependencias subterráneas. La entrada al recinto interior está configurada por un severo arco ojival de cantería, con matacán encima.
La Iglesia de Santa María de la Encina o del Castillo, resulta originaria del siglo XIII, alzándose casi en la cima del cerro próximo al castillo. El edificio, actualmente en ruina se resuelve como una construcción de mampostería y sillares de sabor mudéjar. Su planta es basilicar con cubierta a dos planos. Al costado de la Epístola, portada ojiva con alfiz y en la fachada principal restos de la torre.
La Iglesia de San Juan Bautista presenta caracteres góticos y es posterior a la anterior. De proporciones modestas, se estructura mediante una sola nave con capillas laterales. Entre sus muros dese cobija la estatua yacente de D. Alfonso Fernández de Varga, Señor de Burguillo.
A mediados del XVI estas dos parroquias se refundieron en una sola levantándose un nuevo edificio para acogerlas. Iniciada la obra en 1747, fue concluida en 1795, aunque la consagración no tuvo lugar hasta 1824.
Se trata de un gran templo con planta de cruz latina de 50 metros de larga. El cuerpo es de un asola nave, con ocho capillas en contrafuerte, cubierta con bóveda da de cañón y cúpula sobre crucero. Un amplio atrio se abre por el costado de la sombría.
Centrada sobre la fachada de los pies, se alza una torre de 50 mts de alta dividida en tres tramos (toscano, gótico y corintio), con rampa interior de acceso como la de la Giralda de Sevilla.
FIESTAS.
BOTIJA.
Botija es un municipio de la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Se encuentra en la comarca histórica de Tierra de Montánchez en el sur de la provincia y ocupa una superficie de 18,4 kilómetros cuadrados. Su distancia a la capital de la provincia es de 32 km.
GEOGRAFIA.
Situado al sudeste de Cáceres en el interior de la penillanura, limita con los términos de Torremocha, Valdefuentes, Benquerencia, Plasenzuela, Salvatierra de Santiago y Cáceres.
La red hidrográfica que ocupa el término es poco importante, tan solo es destacable un tramo del río Tamuja que atraviesa el término de sur a norte y que muestra ya el comienzo del encajonamiento en la penillanura.
Desagua en el Almonte por su izquierda tras recibir las aguas del Gibranzos y el Magasca. El río Tamuja en los meses en los que se producen las precipitaciones fluye rompiendo la dureza del paisaje, introduciendo vida y colorido en el solaz duro y rotundo de la llanura. Este río es de una acusada personalidad tanto por sus características y recorrido, como por su vinculación a la historia y al territorio. Su curso es Espacio Natural Protegido.
Las características climáticas configuran la zona como ecosistema típicamente mediterráneo, con veranos calurosos y secos e inviernos suaves y lluviosos.
El municipio de Botija disfruta de una de las dehesas boyales más importantes de la comarca, en ella se dan distintos tipos de paisajes, relacionados entre sí por el ganado, que son:
La zoogeografía de este municipio es propia de los espacios adehesados y con vegetación mediterránea. Los animales más comunes que podemos encontrar en nuestro municipio son el conejo, la liebre y el jabalí. En esta localidad se han localizado varias parejas de cigüeña negra que debido a la escasez de ejemplares en la Península y la tendencia al descenso en su número hace de esta dehesa un importante ecosistema a conservar.
Animales como el zorro, el tejón o la garduña y gran diversidad de aves acuáticas, carroñeras, rapaces diurnas y nocturnas, reptiles diversos y un largo etcétera conforman el resto de los animales silvestres de la zona.
POBLACION.
Aunque de siempre estuvo poco poblado, durante la primera mitad del siglo XX su población aumento notablemente, llegando alcanzar a principio de la década de los sesenta su máximo histórico con 744 habitantes, comenzado a partir de ese momento a pierde población como consecuencia de la gran emigración que sufrió toda Extremadura en la segunda mitad del mencionado siglo. Al comenzar el XXI su población solo alcanzaba los 171 habitantes, manteniéndose sobre esa cantidad en los primeros años de dicho siglo. En 2015 sus habitantes tan solo eran 189.
HISTORIA.
En el término municipal de Botija, a unos dos kilómetros de la población, existe un yacimiento arqueológico de la Segunda Edad del Hierro, Tamusia, conocido hoy como «Castro de Villasviejas del Tamuja», pero se cree que no hay ninguna relación de este poblado con el origen de Botija.
De lo que sí hay constancia documental es de lo siguiente:
Durante el siglo XII se suceden varias incursiones cristianas en la comarca, hasta que en 1230 se produce la definitiva Reconquista pasando a pertenecer la Villa de Montánchez y su Tierra (a la que pertenecía Botija) a la Orden de Santiago, según un privilegio de donación de estas tierras concedido por el rey Alfonso IX, revalidado en 1231 y 1234 por Fernando III. En 1236 se concede privilegio de población y fuero a la Villa de Montánchez y su Tierra.1
La Orden de Santiago estableció a partir del siglo XIII un señorío inmenso en Extremadura, territorios que dentro de la Orden recibieron el nombre de Provincia de León de la Orden de Santiago.2 No obstante, existía una jurisdicción eclesiástica que radicaba en Llerena y se denominaba la Diócesis de San Marcos de León. De esta manera Botija pertenecía a la Encomienda de Montánchez, Provincia de León y Diócesis del Priorato de San Marcos de León.
Botija perteneció a la Orden de Santiago y su Diócesis hasta que en el siglo pasado desaparecen las Órdenes Militares por mandato papal. Así de los catorce pueblos que componían la Encomienda de Montánchez, cinco, que son Salvatierra, Botija, Benquerencia, Torremocha y Zarza, pasan a pertenecer a la Diócesis de Coria-Cáceres y el resto a la de Badajoz, no obstante en 1958 los que pertenecían a Badajoz se integran en la de Coria-Cáceres, quedando la jurisdicción eclesiástica tal y como está actualmente.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Montánchez.3 En el censo de 1842 contaba con 83 hogares y 455 vecinos.4
ARQUITECTURA.
En el plano arquitectónico cabe destacar la Iglesia de Santa María Magdalena, de sencilla estructura.
Es obra de mampostería reforzada mediante contrafuertes y esquinas de cantería, realizada en su mayor parte durante el siglo XVII, aunque la presencia de alfiz en alguna de sus puertas indica la existencia de un templo anterior.
Constituye un rectángulo dividido hacia el interior en cuatro tramos. El de la cabecera va cubierto con cúpula sobre pechinas, y los restantes formando la única nave, mediante bóveda de medio cañón con lunetos.
Al exterior sobresalen los volúmenes de la torre adosada a los pies y del cuadrangular que envuelve la cúpula.
Al lado meridional de la cabecera se adosa una sacristía de grandes proporciones. Su portada más notable, con arco de medio punto encuadrado en alfiz, se abre en el lado norte. Tomando como base el baptisterio, se eleva la torre, de planta cuadrada y dos cuerpos, coronada por medio de un chapitel y bolas angulares sobre plintos.
El edificio conserva en su interior diversos retablos, tallas y óleos barrocos de variado interés. Merece destacarse un retablo repintado del siglo XVI, situado en el lado de la Epístola, en el que aún se conservan algunas pinturas sobre lienzo.
Ya dentro de su casco urbano, resulta necesario referirse a su arquitectura popular, humilde, pero de gran atractivo, con viviendas de uno o dos pisos, generalmente construidas a base de mampostería vista.
FIESTAS LOCALES.
En Botija se celebran las siguientes fiestas:6
BOHONAL DE IBOR.
Bohonal de Ibor es un municipio de la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Se sitúa entre el río Tajo (norte) con buena parte de su término sumergido bajo el embalse de Valdecañas, el río Gualija (este) y el río Ibor (oeste). Era uno de los cinco pueblos que formaban Los Ibores tras la creación de las Comunidades Autónomas, pero en la actualidad pertenece a la mancomunidad del Campo Arañuelo. Con una extensión de 66,6 km2, dista 122 km de la capital de la provincia, 17 de Navalmoral de la Mata a cuyo partido judicial pertenece y 190 de Madrid.
POBLACION.
Durante la primera mitad del siglo XX, su población aumento notablemente pasando de los 947 habitantes que tenía a comenzar el mismo, alcanzar su máximo histórico con 1.699 habitantes al principio de la década de los sesenta, comenzando a partir de ese momento a perder población como consecuencia de la gran emigración que sufrió toda Extremadura durante las décadas de los sesenta y setenta. Al terminar el siglo XX sus habitantes eran 592, perdiendo también población durante lo que llevamos de siglo XXI, en 2015 sus habitantes tan solo eran 499 y su densidad 7,86 hab/km2, tres veces menor que la media de la Región.
HISTORIA.
En mayo de 1404 otorgaron escritura en la villa de Candeleda, de una parte D. Juan de Zúñiga Bazan y Avellaneda, Conde de Miranda, y otros títulos, y de la otra el Alcalde ordinario de la villa de Talavera la Vieja en nombre del Concejo Justicia y Regimiento de dicha villa y su tierra, en virtud del poder que al mismo lo tenían concedido; por la cual, y queriendo hacer bien a todos los que estaban avecindados en la villa de y a los que después se avecindasen, les dio en censo perpetuo la dehesa de la Retuerta, pagándole al año por cada yunta dos fanegas de trigo y dos de cebada, y 50.000 maravedís para que repartiesen sus tierras y las pudieran vender con dicho tributo: que posteriormente, los vecinos de Alija despoblaron esta villa y fundaron, la de Talavera la Vieja y pueblos de Bohonal y La Poveda en los mismos terrenos de la dehesa de la Retuerta.
Bohonal de Ibor formaba parte del Estado de Miranda, en la antigua provincia de Ávila, en Castilla La Vieja.6 1785 Según las Relaciones de Floridablanca,7 era una Villa de Señorío Secular con Alcaldes Ordinarios y con el nombre de Boonal y que junto con Candeleda, Berrocalejo, Puebla de Naciádos, El Gordo, Talavera la Vieja, Valdeverdeja y El Torrico formaban el Estado de Miranda de la provincia de Ávila. A principios del siglo XIX pasó a formar parte del poderoso Concejo de Talavera de la Reina, para volver a Ávila hasta 1833. A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, pasando a formar parte de la recién creada provincia de Cáceres. Desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Navalmoral de la Mata.8 En el censo de 1842 contaba con 100 hogares y 548 vecinos.9 Según las rentas del clero en 1822 del Arzobispado de Toledo en el Volumen 84 se dice que "El cura de Bohonal de Ibor, en el arciprestazgo de Talavera de la Reina, dice que el curato es bueno en caza, leña y buenas aguas. De lo demás tiene que surtirse de fuera, por no tenerlo en pueblo. No hay pobres de puerta en puerta." En el año 1965 su término municipal se incrementó con la anexión de parte del término de Talavera la Vieja, que desapareció con motivo de la construcción del Embalse de Valdecañas.
PATRIMONIO.
Iglesia de San Bartolomé En honor de San Bartolomé nuestro Santo Patrón se celebra el Día 24 de agosto, construida a finales del Siglo XV principios del XVI el edificio es de granito, tiene una sola nave, separada de la cabecera por un Arco de medio punto por lo que la bóveda tiene dos tramos: De cañón y lunetos el primero, y de paños el segundo. Los materiales divergen de unos sectores a otro, en una zona predomina la mampostería irregular, mientras que en otras sobresalen los sillares labrados de granito. Consta de dos puertas laterales sencillas y de medio punto una espadaña situada a los pies levantada sobre un podio y sobre la corona una bola de estilo herreriano con una cruz de hierro en su extremo, le proporciona cierta belleza y armonía. En el Siglo XX en los años 20 se erigió una torre en la zona de la cabecera para instalar en ella el Reloj en el año 1924 y una campana. Esta construcción difiere del resto edificado mayoritariamente en el siglo XVI. Tuvo un artesonado de madera en el pasado, que aún se conservaba en el 60, pero debido a su mal estado se sustituyó por otro techo también de madera. Actualmente se han colocado tres vidrieras en sus ventanas con motivos alegóricos a los santos.
Puente de las Veredas Probablemente construido sobre un puente anterior de la época romana, está construido sobre el Río Ibor, de piedra y marca el límite municipal entre Bohonal y Mesas de Ibor. La finalidad de este puente era el paso del ganado en la Época de la Mesta. La Puente está situada en plena cañada occidental leonesa. En otras épocas fue muy transitado por los “Carros de Varas” (de palo), burros y caballerías con sacos de pimientos, trigo, cebada, para moler en el molino de agua.
Ruinas Romanas de Augustobriga Templo romano construido en el siglo II después de Cristo, asentado sobre una plaza fuerte en el Pueblo Prerromano de los Vettones. Pórtico de un edificio considerado Curia (20,43 x 11,55 m) construido en granito.
Se encuentra ubicado en la margen izquierda del río Tajo sirve de Atalaya a nuestro Pueblo dominando el Término Municipal. Fue trasladado piedra a piedra en 1963 desde Talavera la Vieja (Augustóbriga), de donde procede, hasta su emplazamiento actual junto a la carretera de Navalmoral de la Mata a Guadalupe. Su ubicación en la margen izquierda del Río Tajo y separa el Municipio de Peraleda de la Mata con Bohonal de Ibor.
Es conocido como los Mármoles puesto que el estuco que lo cubría imitaba al mármol, aún hoy se puede ver en las columnas los restos del estucado. Se cuentan diversas leyendas sobre estas ruinas, y es un distintivo para nuestro pueblo y para el desaparecido de Talavera la Vieja.
FIESTAS.
San Bartolomé. Patrón del Municipio Es la fiesta del patronal del pueblo y se celebra el 24 y 25 de agosto.
Las diferentes Asociaciones participan y colaboran para el desarrollo de Verbenas, Juegos Populares y Misa y ofertorio con diferentes dulces típicos y trabajos de Artesanía realizados por vecinos del municipio.
Romería en Honor a la Virgen de Guadalupe Fecha de celebración es el segundo fin de semana de mayo. La Asociación de Las Mujeres Bohonalas, organizan la Romería en Honor a la Virgen, con la realización de una Misa campestre, degustación de dulces típicos como: Floretas, perrunillas, roscas, prestiños etc., y una limonada. Ofreciendo por la tarde un baile, amenizado por Orquestas de la Zona.
Carnaval Se desarrolla siempre en el miércoles de ceniza, con degustación de sardinas y torreznos en la Plaza del Pueblo.
Cruz de mayo. Quintos del Año Se lleva a cavo el primer fin de semana de mayo. los quintos del año pintan una cruz en las puertas de las mozas casaderas. Hincan en la Plaza un tronco de un árbol de aproximadamente 5 metros de altura a modo de cruz donde colocan en la intersección una gran corona y se adorna con plantas y flores. Costumbre que se remontan al tiempo de los Vettones, los cuales tenían como simbolo religioso al Sol, y que hoy es lo que ha quedado como la corona. Hablamos pues de una cruz celta.
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BIENVENIDA.
Bienvenida es un pueblo perteneciente a la provincia de Badajoz, con una extensión de 92,56 km2, se localiza hacia el este de Zafra, en el borde lindero con la Campiña de Llerena, esto es, sobre un dominio de suave orografía cubierto de encinar, olivos, viñas, cereales y matorrales. Pertenece a la comarca de Tentudía y al Partido judicial de Zafra. A una distancia de 106 km de la capital de la provincia.
POBLACION.
Durante la primera mitad del siglo XX su población creció notablemente pasando de los 4.852 habitantes que tenía a comenzar el siglo, alcanzar los 7.209 habitantes al principio de la década de los sesenta, comenzando partir de esas fechas a perder población como consecuencia de la gran sangría emigratoria que sufrió Extremadura principalmente durante las décadas de los sesenta y setenta. En 2015 su población solo alcanzaba los 2.218 habitantes, siendo su densidad de 24,45 hab/km2, casi la misma que la media de la Región.
HISTORIA.
Dos acontecimientos, cuya celebración en este punto no está realmente probada, se mencionan como origen del asentamiento y su topónimo: el encuentro de Fernando III con su madre, Doña Berenguela de Castilla, en 1250; y el de Don Fadrique, hermanastro de Pedro I, con la suya, Leonor de Guzmán, ya a mediados del siglo XIV. Se sabe, de hecho, y gracias a las crónicas del reinado, que Fernando III caminando de Andalucía a Castilla se encontró con su madre. Este encuentro, no obstante, tendría lugar bastante lejos de Bienvenida, concretamente, en las inmediaciones de Ciudad Real.
Existe una ermita donde se rinde culto a la patrona, la Virgen de los Milagros, fundada por la orden de Santiago, supuestamente fundada en el año 1498, aunque no está confirmado. La iglesia, construida en el siglo XVI, pertenecía a un proyecto de edificaciones religiosas de la Orden de Santiago en la baja Extremadura. En otro tiempo se habló en el lugar una peculiar jerga llamada "alcotiza", ya prácticamente desaparecida.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Fuente de Cantos.1 En el censo de 1842 contaba con 710 hogares y 2800 vecinos.2
Hasta 1873 perteneció a la diócesis del Priorato de San Marcos de León, fecha a partir de la cual pasó a la jurisdicción de la diócesis de Badajoz.
MONUMENTOS.
La Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, es una obra de regulares proporciones, con una sola nave cubierta con bóvedas de luneto, y sacristía adosada, construida sobre otra anterior de la que se conservó solo la cabecera. Realizada de mampostería y ladrillo, su principal atractivo es su morfología externa.
La torre situada en los pies presenta sobre su cuerpo mudéjar otro barroco construido en el siglo XVII. En el interior se conservan varios retablos de interés. El de la capilla de la Encarnación data del siglo xvii y sus pinturas se atribuyen a Zurbarán. El del altar mayor es una obra concluida en 1617, y cuanta con buenas obras de pincel y una notable talla de Ntra. Sra. de los Ángeles.
Además de la mencionada Iglesia, cuenta Bienvenida también con una Ermita-Santuario de Ntra. Sra. de los Milagros también del siglo XVII. El cuerpo del cuerpo está rodeado de amplios patios y jardines, donde antiguamente se realizaba el Vía Crucis.
HIJOS ILUSTRES.
Bienvenida es conocido por ser "cuna de una dinastía torera" de relevancia en el panorama taurino español, "Los Bienvenida". En este pueblo nació Manuel Mejías Luján, un banderillero que fue muy bien considerado en su tiempo. Tuvo un hijo, Manuel Mejías Rápela (1884-1964), que también nació en este lugar, que adoptó el nombre de su pueblo, y que sería el primer torero de la dinastía de los Bienvenida, formada por él y sus hijos: Pepe Bienvenida, Manolo Bienvenida, Antonio Bienvenida, Ángel Luis Bienvenida y Juan Bienvenida. El más famoso de todos y con mayor número de años en activo fue Antonio.
En Bienvenida también vive el hombre más viejo de España, Don Francisco Núñez Olivera (nacido el 13 de diciembre de 1904, 112 años).
FIESTAS.
Su cultura local gira entorno la patrona, La Virgen de los Milagros, por los numerosos milagros que se le atribuyen. El 8 de septiembre se celebra el día de la patrona.
91 611 14 07
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Miércoles:
De 18:00 a 20:00 pm
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